Querido amigo Eloy.
Hasta hace pocas horas no nos conocíamos personalmente, pero ya desde antes, me siento con la confianza de tutearte, por eso el tono de estas líneas, escritas entre Montevideo y Zafra.
En el Uruguay hay una importante distribuidora de libros, los buenos amigos de Gussi, a la que voy a elegir libros para hacer mi trabajo como periodista cultural. Allí, una vez, me acercan un libro y me dicen que le preste atención a un ambicioso trabajo que merecía ser difundido. Se trató de Herido leve, tu libro de Páginas de espuma. Y debo confesarte que para mi toda una revelación. Me encontré con una galería inmensa de creadores, con retratos impecables. Textos didácticos, entretenidos, que permitían entrar al conocimiento de la literatura por la puerta grande.
Ese libro además, revelaba algo intangible, pero que queda de manifiesto en la lectura de aquel libro, que es tu pasión por los la literatura y los libros. De eso no cabe la menor duda. Y esa pasión logras transmitirla. Y fue muy fácil encontrarte. En tiempos en que tanto demonizamos -y con razón- muchas cosas de las redes sociales, fueron las redes sociales las que permitieron rápidamente cruzarnos. Y con amabilidad y generosidad, accediste a la conversación sobre ese libro en mi programa cultural, Sábado Sarandi. Y allí comprendí, escuchándote en directo, gracias a la magia de la radio, sin imagen, como debe ser la radio, que esa voz era la de un amigo con el que compartir el gusto por los libros. Demostraste ser, además, un profundo conocedor de la literatura del Río de la Plata. A veces es muy de aldeanos, lo admito, el vernos reflejados, los uruguayos o los rioplatenses, en declaraciones o textos de grandes autores, como lo eres tu, en el panorama de la literatura española. Pero más allá de cuestiones de provincia, tu gusto y conocimiento por la literatura uruguaya también queda de manifiesto en Herido leve.
En ese libro de ensayos, que es una suerte de tu biografía lectora, se preguntaba en la reseña de contraportada ¿Cómo lee un escritor? ¿En qué aspectos se fija? ¿A qué abismos se asoma? ¿De qué manera las ficciones atrapan y modifican nuestra mirada?
Pues debo decirte que las respuestas a esas preguntas las encontré, algunos años después en Plegaria para pirómanos. Dirás que estoy loco, pero creo que cuando nos encontremos personalmente, podremos charlarlo. Pero en tu libro de ficción, de relatos, están presentes las respuestas a esas preguntas que, a priori, nada tienen que ver con tu libro de ensayos literarios.
Fijate que las respuestas a esas preguntas literarias están respondidas en el primer cuento de Plegaria para pirómanos, en Grafía -así lo titulaste- el cuento dedicado a tu editor, además, Juan Casamayor. “De tu escritor favorito siempre puedes aprender….” Empieza tu relato, un texto que es un ambicioso juego literario, con pinceladas de trhiller literario. En ese cuento hay mucho de Herido leve, porque haces de la literatura una fiesta en el cuento que abre este nuevo libro.Creo que Plegaria para pirómanos es más allá que un libro de relatos. Porque cada uno -y todos juntos a la vez- está escrito con la complejidad de una novela. Y no utilizo el término complejidad como sinónimo del dificultad, sino desde el punto de vista del pensamiento complejo, como nos lo enseñó Edgar Morin. Como se puede leer en alguna reseña, “
Ante lo que consideró la crisis del paradigma occidental de simplificación, basado en la reducción y separación de los saberes, Morin planteó la emergencia de un nuevo paradigma de la complejidad, el cual intentaría articular y contextualizar las diferentes culturas, las de las humanidades y las artísticas. Para llevar adelante tal propósito, se basó en la integración de ideas, conceptos y nociones provenientes de diversas fuentes teóricas. El abordaje de la complejidad ha requerido de la resignificación dialéctica y creativa del legado de dichas teorías en una nueva síntesis que, al mismo tiempo que las integra, las eleva a un nivel cualitativamente distinto y original”
Y siento que esto es lo que propones a través de Plegaria para pirómanos. Un encuentro de diferentes vertientes que vienen desde la teoría de la narrativa y la ficción pero con la suficiente experiencia para conocer las artes de la seducción y la expectativa, dignos de una serie de Netflix, como en el cuento El fango que suspira. Allí están todos los ingredientes para que los tome un productor y haga una película que no dudo que tendría el éxito de La Casa de Papel o Entre vías.
Cuando nos encontremos, amigo Eloy, quiero que me cuentes quién es Erizo, en cómo es, y cómo armaste la estructura de Plegaria para pirómanos. Quiero saber por qué no escribiste una novela con este peculiar personaje como protagonista. O es, en realidad, ¿una novela camuflada como un libro de cuentos? En tiempos donde la verdad está en entredicho, donde el mundo virtual parece tangible, pero que cuando estiras la mano para intentar tocar lo que ves enfrente, te das cuenta que eso no existe. Se habla de pos verdad, se habla de autoficción, se habla de muchas cosas, pero qué es real y qué no lo es. ¿Es real lo que vemos? ¿Vivimos en un mundo virtual? ¿Tengo que creer que lo cuentas es verdad?
Lo dijo el maestro León Felipe antes que tu, y antes que yo, y antes que todos los que esto leemos:
la cuna del hombre la mecen con cuentos,
que los gritos de angustia del hombre los ahogan con cuentos,
que el llanto del hombre lo taponan con cuentos,
que los huesos del hombre los entierran con cuentos,
y que el miedo del hombre…
ha inventado todos los cuentos.
Yo no sé muchas cosas, es verdad,
pero me han dormido con todos los cuentos…
y sé todos los cuentos.
¿Sabes una cosa Tizón? Luego de leer Plegaria para pirómanos me he dado cuenta que no sabemos ningún cuento, y que tiene que aparecer un libro como este para intentar acercanos a la verdad inventada.
Te saludo con afecto y espero vernos pronto.
Fraternalmente
Jaime
NOTA
Finalmente pude encontrarme personalmente con Eloy Tizón. Y pude leerle esta carta en mano. Fue en el marco de la Primera Feria del Libro de Artea Zafra. Una preciosa feria del libro llena de actividades, realizada a fines de abril de 2024 en la ciudad de Zafra, en Extremadura, en España. Frente al público entusiasta e interesado, pudimos conversar sobre este libro de cuentos. Almorzamos, charlamos de radio, de literatura, pasiones comunes y pudimos confirmar esa percepción de sentir que nos conocíamos desde hace mucho tiempo. También participamos de otros eventos con buenos amigos en torno al libro. Gracias a Artea Zafra y a sus integrantes por permitir este esperado encuentro.