En la Serranía de Cuenca, al noreste de la ciudad de Cuenca, capital de la provincia homónima en la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha, se ubica la Ciudad Encantada. El serpenteo de la carretera es la bienvenida al Parque Natural de la Serranía de Cuenca. En el municipio de Valdecabras, en medio de extensos bosques de pinos, la Ciudad Encantada representa un oasis del karst. El karst es un tipo de paisaje geológico caracterizado por la formación de terrenos cársticos, que se desarrollan principalmente en regiones donde la roca es soluble en agua, como la piedra caliza, la dolomita y el yeso. Este tipo de paisaje se caracteriza por la presencia de figuras geológicas únicas que configuran el paisaje kárstico, como por ejemplo cuevas, galerías y simas.
La Ciudad Encantada fue declarada como Sitio Natural de Interés Nacional el 11 de junio de 1929 y su historia se remonta a hace 90 millones de años, cuando lo que es hoy la Ciudad Encantada se encontraba en el fondo del mar de Thetis, que abarcaba el Mar Mediterráneo, el Mar Negro y el Mar Caspio y que acabaría siendo el actual Mar Mediterráneo. Cuando el mar se retiró, la superficie marina, compuesta de piedra caliza, emergió y se convirtió en la superficie terrestre dando lugar a un paisaje de formaciones rocosas que representan un factor de atracción para el turismo geológico.
El acceso a la zona está regulado y el recorrido circular tiene unos 3 km. La majestuosa formación que guarda el acceso al itinerario, el Tormo Alto, es el inicio y final del recorrido, y además es el símbolo de la Ciudad Encantada, donde las formas de seta abundan a derecha e izquierda de la ruta. En estas formaciones, la parte superior de la roca es más voluminosa porqué su composición química la hace más resistente a la erosión provocada por la disolución de la roca. Hasta doce formaciones la siguen, con nombres tan diversos como los Barcos, el Perro, el Puente Romano, la Cara del Hombre, la Foca, el Tobogán, el Mar de Piedra, la Lucha entre el Elefante y el Cocodrilo, el Convento, la Tortuga, los Osos y los Amantes de Teruel. Tal y como se observa en las imágenes, el parecido a los nombres es también parte del encanto de este bosque de piedras.
Ahora bien, son mayoría las piedras sin nombre y por tanto las piedras que dejan lugar a la imaginación. Las formaciones geológicas, con sus caprichosas estructuras y relieves únicos, son una fuente inspiración que no solo se han detenido con el tiempo sino que detienen el tiempo de los visitantes. A la vez, el entorno es una muestra de la biodiversidad de fauna y flora. Mientras que los ciervos dan muestra del reino animal, al que se suman aves y roedores, el acebo y el enebro, o los zapatitos de la Virgen, son ejemplos del reino vegetal.
Además, la Ciudad Encantada ha sido también el escenario de anuncios y películas, por ejemplo, Conan El Bárbaro, una película de 1982 protagonizada por Arnold Schwarzenegger y que rodó parte de sus escenarios naturales en este territorio de la provincia de Cuenca. No es difícil imaginar cuentos y leyendas entre los arcos originados por corrientes de agua subterránea o las paredes y superficies de piedra caliza, que han sido esculpidas por la naturaleza como resultado de la danza entre el agua y la piedra, pincelada por el trabajo del viento y el reloj del tiempo. Aunque una piedra simule una foca equilibrista que porta un balón sobre su hocico, muchas otras piedras pueden ser lo que quieres que sean.