Soy bibliófilo | Gonzalo Eyherabide

Gonzalo Eyherabide Mántaras (Montevideo, 1972) Escritor, historietista, humorista y publicista. Es socio y director de la agencia de publicidad Larsen. Publicó historietas y cuentos en la revista Guambia desde 1990 hasta su cierre. Allí dibujó y co-guionó junto a Marcos Morón las series “Mundo Farol” y “La página del Dr. Rocaforte”. Entre otras ediciones, sus historietas han sido parte del semanario “Brecha”, los primeros nueve números de la revista “Guacho” y la revista “Lento”. Acaba de publicar en Planeta, «Artigas, el patriota sin patria».

Un sabor de la infancia
Lo higos. A los que era alérgico. Había una higuera en la casa quinta donde me crié y los comía escondido en el baño sobre una silla de metal que fuera parte del consultorio médico de mi abuelo. La prohibición suele despertar el deseo.

Una manía confesable
Soy bibliófilo. Una compulsión por acumular libros más voraz que mi capacidad de lectura (que es grande). Es una manía hereditaria del abuelo antedicho y de mi madre. De los 5 a los 21 años crecí en una casa de 3 pisos y no conocí qué eran las paredes hasta que salí de ella. Había 25.000 ejemplares cubriéndolas.

Un amuleto
El gato chino de plástico que apunto hacia afuera para que con su puño comunista mueva al capitalismo de tal modo que la agencia de publicidad de la que soy socio produzca la subvención de la educación de mis hijos y la factura de mis escrituras e historietas.

El último libro que leí
El guión de una prometedora película de mi amigo Nicolás Branca, quien hizo la tapa de ARTIGAS EL PATRIOTA SIN PATRIA. Y editado como tal. la novela gráfica “Carlos Gardel” de Muñoz y Sampayo ¡una obra exquisita cuya miralecturame debía!

Una película que me marcó
Tres: “La quimera del oro” con mi abuela Alba en la Cinemateca de AEBU. Con ella también “Los hermanos Marx en Casablanca” en el viejo cine Casablanca. Y con mi vieja en Madrid cuando tenía 5 años “La pantera rosa ataca de nuevo” con Peter Sellers.

Algo que evito
El azúcar (no me importa) las harinas (las extraño horrible) y la neurosis y la estupidez (una declaración neurótica y estúpida porque son inevitables en uno y en los demás).

Si pudiera volver a empezar sería
Historietista y escritor a tiempo completo (si la lotería, un mecenas o alguna política cultural socialista me hubiese permitido alimentar mi vida pequeñoburguesa).

Un lugar para vivir
El Prado y Punta Colorada. ¡Lo conseguí!

Un lugar para volver
Nueva York. Allí viví casi dos años en siete viajes. Y si pasa un tiempo, la extraño.

Una materia pendiente
Ser músico de jazz.

Un acontecimiento que cambió mi vida
Cuando mi padre el escritor Gley Eyherabide me regaló Asterix y Cleopatra. Y cuando mi abuela Alba antes citada me regaló la edición de “Peloduro”, de editorial ARCA.

El escritor definitivo
El árabe y el español que escribieron “El Quijote”.

Algo que jamás usaría
Trucos, efectismos porque sí, para llamar la atención nomás, para hacerse el vivo, en el arte. Puedo darles rienda suelta a esos pícaros en la publicidad ¡Y me pagan!

La última vez que pensé “tierra, trágame”
Cuando le dije a un vecino de Punta Colorada lo horrible que eran los contenedores y advertí que lo que parecía su casa era realmente uno de esos enlatados de sardinas.

El lugar más feo del mundo
La ciudad de Liverpool. El Chuy es al menos simpático y tiene olores.

Una rutina placentera
Levantarme junto al sol de Punta Colorada.

Me aburre
Las redes sociales. La pavada en general de la que no avisó Leo Masliah cuando recién empezaba Tinelli. Las reuniones de trabajo largas.

Una extravagancia gastronómica que frecuento
Ravioles crudos.

Una canción que aún me conmueve
“Gloria” de Garo Arakelián. No la estoy escuchando, me duele demasiado.

Un restaurante que nunca falla
Dos (ambos de Piriápolis): Picasso y Kraken.

Algo que cambiaría si pudiera
El capitalismo este de mierda. Mentira que no hay alternativa. Hay que crearla.

El valor humano que más admiro
La generosidad (y la gratitud, como parte de ella)

Una última palabra
Amor.