Me gusta equivocarme | Enrique Vila-Matas

Enrique Vila-Matas (Barcelona, 1948) escritor español, autor de más de una treintena de obras, que incluyen novelas, ensayos y otros tipos de narrativa y libros misceláneos. Su obra ha sido reconocida con diversos premios, tales como el Rómulo Gallegos, Médicis y FIL de Literatura en Lenguas Romances, entre otros, y ha sido traducida a más de treinta idiomas. Es uno de los tres escritores españoles entrevistados por The Paris Review dentro de su sección «The art of fiction». Su última nueva novela es «Montevideo», editada por Seix Barral.

Un sabor de la infancia
Mi magdalena es una bebida fría (Cacaolat), hecha de cacao y leche que tomaba de niño en el colegio, en el recreo de las mañanas.

Una manía confesable
Me gustaría tener la manía de Nietzsche de escribir prólogos y prefacios.

Un amuleto
Mi extraña seguridad en mí mismo.

El último libro que leí
‘Los últimos días de Roger Federer’, de Geoff Dyer.

Una película que me marcó
‘El hombre de Londres’, de Bela Tarr. Por sus cinco primeros minutos inolvidables.

Un lugar para vivir
Barcelona.

Algo que evito
Los hermanos de los poetas fracasados.

Si pudiera volver a empezar sería
La pregunta me hace pensar en un micro cuento que escribí: Sentí una molestia muscular, era la quinta vez que yo nacía.

Un lugar para volver
París.

Una materia pendiente
El crecimiento de mi mente.

Un acontecimiento que cambió mi vida
El reciente trasplante de riñón.

El escritor definitivo
Kafka.

Algo que jamás usaría
Nunca más polvos de talco.

La última vez que pensé “tierra, trágame”
Me gusta equivocarme.

El lugar más feo del mundo
Cualquier carretera china. Todo el paisaje allí es plano.

Una rutina placentera
Amar.

Me aburre
El rencor de algunos.

Una extravagancia gastronómica que frecuento
Un plato que inventé: espagueti con sobrasada.

Una canción que aún me conmueve
No es una canción, es un poema de Pessoa: Por la carretera de Sintra.

Un restaurante que nunca falla
El de debajo de mi casa.

Algo que cambiaría si pudiera
No cambiaría nada porque podría volverse todo peor.

El valor humano que más admiro
La bondad de los inteligentes.

Una última palabra
Bolaño.