Entrevistas imposibles: Mercedes Acosta | Hebert Abimorad

Mercedes Acosta

Era la mezcla de cubana y nobleza española; su abuelo paterno, un asturiano que se asienta en Matanza, Cuba. Su familia materna procedía de los Duques de Alba. Mercedes idolatraba la parte aristocrática de su descendencia, y por ende se volcó a una vida excéntrica a tal punto de dudar de su identidad sexual. Como bien lo afirmaba: “ yo a veces me siento andrógina”.                             

Fue poeta, además escribió obras de teatro y diseñó ropa.                                              

Y fue en un desfile de modas donde me topo con su exuberante belleza. Aparto mi pequeño grabador y le pido permiso para algunas preguntas.

¿Lugar de nacimiento y familia?

Nueva York en el año 1893. Es boca de todos la procedencia de mis padres. Lo que pocos saben es que soy la menor de ocho hermanos.

¿Se ha casado alguna vez?

Casada, casada, con papeles, mi marido era homosexual, su nombre Abram Poole, un pintor conocido. Solo compartimos cinco años.

Es conocida su relación con otras mujeres. ¿Tiene alguna preferida?

Cuando domina el placer, la preferida es la amante del momento.

Indago en la pregunta. ¿Cuál ha sido la relación que le ha durado más tiempo, podría mencionar alguna persona?

Entonces  reacciona. — Los sentimientos se miden por su profundidad.

Retomo a la pregunta, ¿podría dar el nombre de su verdadero amor?

Ahora me gusta más. Sí, Greta Garbo, la actriz sueca. Desde 1931 a 1944. 

  ¿Ha sido correspondida? 

  La independencia de Garbo y su fuerza de voluntad produjo en mí mucha inquietud emocional. Rechazaba mis poemas de amor, por ejemplo.

Recorramos su infancia. Alguna característica que le haya señalado el camino de preferencia por las mujeres.

Creí que era un varón hasta los siete años. Me vestía y me peinaba como tal. Mi color en las ropas fue el  blanco y negro. Pusé de moda el uso del pantalón entre las mujeres de Hollywood.

Esta mujer que murió sola y pobre, de conquistas y éxitos, que exclamó un día, “ Podría seducir a cualquier mujer que esté acompañada con un hombre”. Encantó a las dos más importantes de Estados Unidos, Greta Garbo y Marlene Dietrich. 

Uno de sus poemas dice:

Insaciable

No le temo al amor
ni a sus consecuencias.
Sólo temo que, al conocer el amor,
yo continúe insaciable
y mi alma anhele aún algo mayor.

Me percato que se acabó la cinta del grabador. A tiempo, me trepo al ómnibus 156 con destino Cerrito.