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Un sabor de la infancia
Dulce.
Una manía confesable
El desorden.
Un amuleto.
Al Zippo que me regaló Jorge le atribuyó poderes mágicos, si responde la pregunta.
El último libro que leí
La obra completa de Homero Alsina Thevenet.
Una película que me marcó
Los Doce del patíbulo en el cine Alcázar.
Algo que evito
Tropezarme.
Si pudiera volver a empezar
Sería bastante mejor.
Un lugar para vivir.
“Donde apoye mi cabeza, lo llamaré mi hogar”, dijo Tom Waits.
Un lugar para volver
Madrid, perdón el lugar común.
Una materia pendiente
La autoestima.
Un acontecimiento que cambió mi vida.
Conocer a mis amigos a mediados de los 80.
El escritor definitivo
Homero Alsina Thevenet.
Algo que jamás usaría.
Tengo Crocs, no le digo no a nada.
La última vez que pensé “tierra, trágame”
Hace 10 minutos.
El lugar más feo del mundo
Hay una esquina del Centro y alguna subida en Reducto que le andan cerca.
Una rutina placentera
Ver películas, qué más.
Me aburre
Tengo una gran tolerancia al aburrimiento pero diría tanta ignorancia.
Una extravagancia gastronómica que frecuento
El ensopado de galletas en el café con leche.
Una canción que aún me conmueve.
“Pago” de Eduardo Darnauchans
Un restaurante que nunca falla
Lo de Negro y Jacque en Punta Colorada. Hemos sido felices ahí.
El valor humano que más admiro
La paciencia.