Daniel Supervielle (Montevideo, 1970) es Profesor de Comunicación radiofónica y de Noticias, medios y opinión pública en el Máster en Dirección de Comunicación. Es Licenciado en Comunicación Social y periodista desde los 17 años. Trabajó en prensa escrita (La Mañana, El Observador, Tres, Búsqueda, El Miami Herald), en radio (X FM, El Espectador, RadioFutura, En Perspectiva) y en televisión (Canal 12 y Canal 5). Durante siete años fue editor para América Latina de la agencia de noticias internacional AFP. Fue productor para el exterior de Champions of the World (Moving Targets), Amazing Race (Metropolis) y asesor de comunicación free lance (BID, Fox Sports y otros). Tiene una prolífica y variada carrera en los medios y brinda asesorías en temas relacionados con la comunicación estratégica. Tiene un PDD del IEEM, publicó dos novelas breves y es artista plástico.
El sabor de la infancia
Las perdices al escabeche con arroz que hacía mi madre en la estancia Nueva Escocia donde me crié. Nunca volví a comer algo tan rico que me traiga tantos buenos recuerdos.
Una manía confesable
Las colillas de cigarrillo viejas. No las puedo ver.
Un amuleto
Tuve uno. Paco. Me lo regaló una india aymara en un mercado de La Paz a los veinte años. Era un talismán de una deidad andina. Me acompañó durante años en mis viajes. Hasta le hablaba. Me lo robaron con una mochila en el barrio Sur. Se que nos vamos a volver a encontrar.
El último libro que leí
The Game de Alessandro Baricco.
Una película que me marcó
Apocalipsis Now.
Algo que evito
Reuniones sociales donde no encajo.
Si pudiera volver a empezar sería
Biólogo.
Un lugar para vivir
San Francisco.
Un lugar para volver
Rio de Janiero.
Una materia pendiente
El Camino de Santiago y Nepal.
Un acontecimiento que cambió mi vida
El más feliz: los nacimientos de mis hijos Sofía (1998) y Agustín (2002).
El escritor definitivo
Tres: Cervantes, Tolstoi y Shakespeare. O cuatro con Borges.
Algo que jamás usaría
Un traje satinado.
La última vez que pensé “tierra trágame”
Cuando me demoraron en el aeropuerto de Dubai y me pidieron el pasaporte.
El lugar más feo del mundo
En el recuerdo, San José de Costa Rica.
Una rutina placentera
Ir al Parque Viera a ver al Montevideo Wanderers con mi hijo y mi padre.
Me aburre
La gente que habla sin decir nada.
Una extravagancia gastronómica que frecuento
La sopa de cebolla.
Una cacnión que aún me conmueve
Hallelujah de Leonard Cohen.
Un restaurante que nunca falla
El Puesto.
Algo que cambiaría si pudiera
Es una pregunta difícil. Tal vez, no haberme guardado cosas que tenía para decir en el momento en que había que decirlas. Las palabras no dichas solo se potencian y se transforman en sentimientos que no siempre son buenos y que a no ser que se canalicen, te terminan haciendo mal.
El valor humano que más admiro
La bondad.
Una última palabra
“Un camino es solo un camino, no lleva a ninguna parte. Los únicos caminos que tienen sentido son los que tienen corazón, si no lo tienen hay que dejarlos”. Recuerdo de una frase de “Las Enseñanzas de Don Juan”, libro que cuenta la historia de un chamán del norte de México.