Carolina Zamudio. Argentina (1973). Poeta y ensayista. Es una de las principales referentes de la poesía argentina de su generación en el mundo. Publicó ocho libros de poesía en siete países y fue incluida en una veintena de antologías. Sus libros más recientes son: «Vértice», (Italia, 2020), y «Las certezas son del sol», summa poética (España, 2021). Magíster en Comunicación y Periodista. Creó y dirige la Fundación Cultural Esteros. Vivió en Emiratos Árabes, Suiza y Colombia. Hace más de cinco años reside en Uruguay. Es colaboradora de Delicatessen.uy
Un sabor de la infancia
El laurel, en los guisos de domingos de mamá en Curuzú.
Una manía confesable
Consultar el I Ching antes de corregir nuevo libro.
Un amuleto
Los amuletos son secretos.
El último libro que leí
Las gratitudes; Salvar el fuego; La novia gitana (caí en la trampa) y Nicanor Parra, rey y mendigo.
Una película que me marcó
La ciénaga.
Algo que evito
Evito pensar mientras escribo el primer borrador.
Un lugar para vivir
Ginebra.
Un lugar para volver
Praga.
Si pudiera volver a empezar sería
Cantante de tangos.
Una materia pendiente
Publicar la novela que estoy escribiendo.
Un acontecimiento que cambió mi vida
La muerte de mi padre, tres meses después del nacimiento de mi segunda hija.
El escritor definitivo
No creo en definitivos, sino en amores pasajeros: hoy, Javier Marías.
Algo que jamás usaría
Azúcar para el café.
La última vez que pensé “tierra, trágame”
Cuando me caí en una calle del casco histórico de Quito, mientras la cantautora Margarita Laso frenaba un taxi para que no me arrollara, el año pasado en el Festival de Poesía Paralelo Cero.
El lugar más feo del mundo
Cualquiera muy ruidoso.
Una rutina placentera
La noche en soledad para rumiar o escribir.
Me aburre
Cualquier rutina. Nada más alienante.
Una extravagancia gastronómica que frecuento
Gravlax para el desayuno.
Una canción que aún me conmueve
La bohème, de Charles Aznavour.
Un restaurante que nunca falla
Café Misterio (¡y la cocina de mi marido!)
Algo que cambiaría si pudiera
La tediosa necesidad de dormir.
El valor humano que más admiro
La perseverancia.
Una última palabra
Silencio.