Ilu Ros, la vida en pocos trazos | Jaime Clara

Ilu Ros nació en Mula (Murcia) en 1985. Licenciada en Bellas Artes y Comunicación Audiovisual por la Universidad de Granada, no contempló la posibilidad de dedicarse al dibujo y la ilustración hasta que se fue a vivir a Londres en 2011.Ha expuesto en la Galería Miscelanea de Barcelona y ha sido finalista del Poster Prize for Illustration, premio concedido por la Association of Illustrators y el London Transport Museum de Londres. En 2018 publicó su primer libro, Hey Sky, I’m on my Way: A Book About Influential Women (Nueva York, Lit Riot Press). Tras la publicación de Cosas nuestras (Lumen, 2020), alabado unánimemente por la crítica, seleccionado para representar la sección española de la Bienal de Ilustración de Bratislava 2021 y por el que fue nombrada Murciana del Año por el diario La Verdad, Lumen publicó un libro que se encuentra en Uruguay, Federico.

¿Cómo comienza el vínculo de Ilu Ros con el dibujo y la ilustración?
Supongo que como la mayoría de los dibujantes decimos y es que no es que cuándo empezamos a dibujar, sino que nunca dejamos de hacerlo. La clásica respuesta. Es que realmente fue así. Siempre me gustó dibujar, pintar. A medida que fui creciendo fui la única de la clase que seguí dibujando y luego a la hora de decidir, al terminar el instituto, decidí hacer Bellas Artes. En Bellas Artes no hay ilustración. Yo casi que ni siquiera cabía la posibilidad de dedicarse sólo a dibujar, entonces hice la carrera de Bellas Artes y luego hice Comunicación Audiovisual. Yo vivo en España, en Granada, y por la crisis económica del 2008 me fui a vivir a Inglaterra para trabajar de lo que fuese. Viviendo en Inglaterra, fueron pasando los años y me di cuenta que necesitaba acercarme de nuevo a la creatividad y al arte, porque me había olvidado de todo eso, porque tenía que trabajar, aprender inglés y pagar facturas. Empecé a dibujar y descubrí la profesión de ilustrador. Allí pensé que podía tener la carrera de ilustradora, paralelamente al trabajo de entonces, en una cafetería. El dibujo me ha acompañado toda la vida.

¿Cómo elige los temas sobre los cuales transitar artísticamente? Ya sea en series para muestras, para los libros o simple interés personal
Creo que al final, el estilo, como si dijese de un dibujante, aparte de lo que tiene que ver con la parte gráfica y lo que se ve en el dibujo es también la temática y el punto de vista, de cómo se cuentan las cosas, es decir «la voz». Esa voz la pueden tener un escritor, un ilustrador o cualquier persona que se dedique a la creatividad artística. En esto que llamamos «la voz», está el estilo y también los temas. Podría decir que no los elijo sino que vienen a mi. Pero ese venir a mi es porque me llama la atención. A mi me gustan las cosas cotidianas, el día a día, las personas que me rodean, me gusta observar a la gente como habla, como se mueve, como interactúan entre sí. Me gusta el dibujo de la gente de a pie. No creo que nunca se me de por hacer algo de ciencia ficción porque lo siento muy alejado. Me gustan también los temas de la memoria, o memoria histórica o preguntarle a la gente mayor cómo era la vida en su época, cómo ha cambiado el mundo y eso me lleva a reflexionar sobre cómo será el futuro. Mi libro anterior, Cosas nuestras, era la conversación entre una abuela y una nieta, que somos, mi abuela y yo, y hablamos de todas estas cosas.

 Hoy se ha desarrollado mucho el dibujo digital y las intervenciones de dibujos tradicionales con diferentes aplicaciones. ¿Crees que es válida, e inevitable esa evolución hacia lo digital? Porque en tus dibujos hay mucha «honestidad visual» -no se me ocurre otra forma de decirlo- de mostrar procesos como por ejemplo el lápiz para la construcción de los rostros o las manos?
Si, creo que el dibujo digital o la intervención digital en dibujos convencionales son válidos. Creo que es inevitable esta evolución. Ahora mismo he trabajado mucho con herramientas digitales, que tenemos cada vez más a nuestra disposición. No lo veo un problema. A mi me gusta mucho trabajar analógico, sobre papel, pero también quiero tener algunas herramientas digitales a la hora de procesar el dibujo, digitalizarlo para poder enviarlo más fácilmente a un editor, o dibujarlo directamente sobre una tableta. Esto último intento hacerlo muy de vez en cuando, pero reconozco que en muchos sentidos facilita el trabajo. Aun así, me gusta mucho la textura que da el papel. Como suelo trabajar con acuarela y acrílico, me gusta la transparencia, que se vea el dibujo anterior, el grafito que está por debajo. Pero no creo que es una evolución natural y una cosa no está reñida con la otra. .


¿Cómo surge la idea de hacer el libro Federico?
Federico surgió antes que se publicase el libro Cosas nuestras. Hablando con mi editora en Lumen, intercambiamos sobre los libros que nos gustaban, los autores que leíamos. Ella es muy lorquiana, le gusta mucho Federico García Lorca, que era un personaje que estaba en ese libro mío que estaba por salir. Ella me dijo, «si estás pensando en hacer otro libro, ¿por qué no haces una biografía ilustrada de García Lorca?» No le contesté de inmediato, porque dudé mucho, porque la figura de García Lorca es tan grande que me sentía muy pequeña de abordarlo, por el significado de su obra y de su persona. Me cayó como algo muy grande. Tuve muchas dudas, pero iba hacia mi casa, pensando en lo que mi editora me había dicho, y ¿quién le dice que no a Federico? Para una ilustradora, para un dibujante el poder abarcar el universo lorquiano es muy visual, muy inspirador. Así surgió la idea de hacer Federico. Antes de dar la respuesta, me documenté sobre su vida, y finalmente me decidí aceptar ese trabajazo, cuando le di forma el libro en mi cabeza.


¿Cómo es el desafío de los textos que comparten las imágenes? ¿Qué es primero?

Dentro del dibujo, lo que es la profesión de ilustradora, está claro que una ilustra textos. Pero en mis libros, texto y dibujos van de la mano. No creo que se entendieran igual si fuera solo dibujo o solo texto. Como que se van complementando todo el tiempo,. Siempre intento que esto ocurra en los libros que escribo o dibujo. Primero hago el texto, guión -y lo llamo guión, ya ubico las ilustraciones que lo acompañarán- la información que quiero poner, y van apareciendo las imágenes que voy recopilando para luego llevarlas al papel.


¿Cómo cree Ilu Ros que sus libros como Federico  impactan en el lector: lo verán como una biografía, una novela gráfica, un libro de comics?
Es una pregunta que me hago muchas veces. Es difícil como categorizarlo, porque sí que es un tipo de libro que va a caballo entre la novela gráfica o el comic y lo que es un libro ilustrado. Creo que es un libro ilustrado. Esto lo dirá mejor alguien que se maneje a la crítica. Cuando yo lo hago no pienso en qué categoría irá. Simplemente voy dejándome llevar por lo que creo que es la mejor manera de lo que quiero contar. A veces utilizo recursos de la novela gráfica, otras veces del comic, y en otras hay páginas con una ilustración con un texto que la acompaña. No sabría decirlo. Creo que el lector tampoco tiene forma de categorizarlo. Seguramente esto me facilita llegar a un público más amplio.


¿Qué le pasa Ilu cuando ve dibujos suyos que son admirados en lugares lejanos?
Me sorprende mucho, cuando cualquier persona me dice algo de mis dibujos, desde cualquier parte del mundo, o incluso, de al lado mio. Yo uso mucho las redes sociales para exponer mi trabajo y siento que tengo eso en mi móvil, por eso cuando alguien me escribe para decirme qué sintió al ver mi trabajo, o leerlo, me emociona que les pueda gustar. Me hace sentir muy afortunada. Es muy bonito, pero intento no pensarlo mucho porque se me hace como muy grande.