Al ritmo de Arotxa | Jaime Clara

Como el gran caricaturista que es, Rodolfo Arotxarena (1958) ha desarrollado una sutil habilidad para observar gestos, miradas, las figuras que retrata. Pero por sobre todo, su ojo crítico debe permitir dibujar situaciones que están, pero que no son evidentes. El caricaturista tiene que mostrar lo que no se ve. En tantos años de oficio, Arotxa, a la hora de firmar sus dibujos, también ha generado un olfato muy particular para sintonizar determinados temas por los cuales tiene debilidad, con los espectadores o lectores. Así ha encarado, aparte de las caricaturas en medios de prensa, series históricas como Caudillos, las pinturas de paisajes rurales, o el mundo del candombe, entre otras. Arotxa logra, en forma inmediata sintonizar con la temática montevideana y urbana. Su serie de candombe en general y de las Llamadas en particular son una prueba de ello. Desde la década del 90, el dibujante entendió que la manifestación del mundo afromontevideano distingue a la ciudad y como tal empezó a dibujarla. No fue el primero ni será el último que pinte o dibuje candombe, pero si él tiene su mirada personal y aguda de esta manifestación histórica y cultural, que además rescata a figuras emblemáticas de todo este movimiento. 

En el libro de dibujos Candombe San Felipe y Santiago, de 1994, la poeta Silvia Guerra  escribió que “estamos ante unos dibujos que se salen de la hoja. Se salen de la hoja y nos inundan y, como en las llamadas en el carnaval, nos arrastran con ellos calle abajo en una exuberancia de verano, de cierta luz, de una exaltación parecida a la euforia”. Aquel lanzamiento estuvo acompañado de una excepcional muestra en el Cabildo de Montevideo. 

Hoy, 28 años después, Rodolfo Arotxarena, vuelve por la puerta grande a sus andanzas carnavaleras. Acaba de inaugurar la muestra Candomberas y candomberos, en el Centro Cultural UTU Dr. Pedro Figari. En primer lugar estoy muy emocionado, en este edificio y este lugar que tuvo tanto que ver con José Fernando Arias, a quien yo conocí de niño. Arias vivía a cuarenta metros de mi casa, en la calle Yaguarón y Mercedes; me regaló un ejemplar de un libro que tituló “Demofilaxia”.Le tengo cariño a la UTU por razones lógicas, porque yo vengo de una familia trabajadora. Conozco lo que es un oficio, lo conozco bien, y tengo mucho respeto por quienes tienen un oficio, mucho respeto. Y por esa razón, también a los jóvenes hay que volcarles cosas como que  conozcan parte de la esencia de lo que tiene que ver con figuras que no son olvidables, que es gente que muchas veces no aparecía con la frecuencia que aparece ahora”, comentó el artista, el día de la inauguración. José Fernando Arias, fue el fundador de la Universidad del trabajo del Uruguay, continuidad de la vieja Escuela de artes y oficios de Pedro Figari. 

En el prólogo de la muestra que se acaba de inaugurar, el periodista Carlos Cipriani López, menciona que “un siglo después (que Figari) Arotxa, con sus dibujos de candomberas y candomberos, no se detiene en la colectividad anónima sino en figuras contemporáneas que trascendieron en distintas áreas, todos impulsados al compás de los tambores. La comparsa que abre la exposición y avanza de espaldas al espectador no es más que una invitación, una potente llamada para subirse al tren y conocer o revisitar a famosos y olvidados que le ofrendaron al candombe, melodías y letras que aportaron su danzar, lo retrataron en pinturas o lo salpicaron con gotas de sudor y de sangre hasta convertirlo en patrimonio intangible de la humanidad”.

En las paredes del histórico edificio, desfilan, entre otros, personajes inmensos como Martha Gularte, Rosa Luna, Santiago Luz, Julio Olivera, Ruben Rada y Lágrima Ríos. En plena calle Gonzalo Ramírez, suenan las lonjas, y los grafos, Arotxa marca el ritmo.

Candomberas y candomberos. Muestra de caricaturas. Rodolfo Arotxarena, Arotxa. Hasta el 31 de marzo en el Centro Cultural de UTU (acceso por calle Gonzalo Ramírez 1675), en el horario de 9:00 a 17:00.

«Cachila» Silva