Mecha Jauregui Aldao de Gattás (Argentina, 1933). Vino a vivir a Uruguay a los siete años. En una entrevista, el diario argentino La Nación la presenta así: «Aquí todos la conocen, y la relacionan con los años dorados de Punta del Este. Se educó en dos colegios, el segundo de pupila, y cuenta que fue allí donde se convirtió en mujer rebelde. “Eso explica mucho de lo que hice en toda mi vida: lo que me da la gana”. Fue profesora de inglés, anfitriona de grandes fiestas, y creadora con seis amigas del Centro de Artes y Letras de Punta del Este, que duró 25 años. En este balneario se vinculó con Piazzola, Borges, Sábato, Manuel Mujica Láinez y Robert Mundell, premio Nobel de Economía, entre otros.
Un sabor de la infancia
Sandwiches de jamón con dulce de tomate.
Una manía confesable
Pensar demasiado en el futuro.
Un amuleto
Un anillo que encontré en la feria de los domingos en Brompton Broad, en Londres. Nunca me lo saco.
El último libro que leí
Bajo el árbol de los Toraya, de Philippe Claudel.
Una película que me marcó
Guilty
Algo que evito
La gente negativa.
Si pudiera volver a empezar sería
Menos obsesiva
Un lugar para vivir
Una chacra en Punta del Este, lejos de la Punta
Un lugar para volver
San Pedro de Atacama
Una materia pendiente
Controlar mi mente
Un acontecimiento que cambió mi vida
La muerte de mi madre
El escritor definitivo
James Joyce
Algo que jamás usaría
Minifalda
La última vez que pensé “tierra, trágame”
EN UN EVENTO DONDE NO QUERIA APARECER EN TV
El lugar más feo del mundo
EL SERPENTARIO EN SAN PABLO
Una rutina placentera
Tomar té
Me aburre
El calor
Una extravagancia gastronómica que frecuento
Vinery
Una canción que aún me conmueve
La vie en rose
Un restaurante que nunca falla
Imercat
Algo que cambiaría si pudiera
La envidia
El valor humano que más admiro
La sinceridad
Una última palabra
Adiós