Siempre me llamó la atención que las prostitutas se prestaran a todo pero que no comprometieran el beso, y me preguntaba si para ellas el beso implicaría algo espiritual que no entraría en juego de otra manera.
Creo que a cualquier persona que se le pregunte por el amor pensará en alguien en específico, y no lo imaginará en la cama, sino que imaginará un beso.
Según el poeta, es el mundo de las palabras el que crea el mundo de las cosas, y de esa manera ya tendríamos un indicador de por qué el beso sellaría el amor, pues en el beso se comprometen las partes de nuestro ser que construyen el mundo, esas partes de nuestro ser que construyen un mundo cuando dicen «te amo».
Así que el beso es alado, como las palabras, y el beso es la prueba del amor porque el amor es alado aunque nace de la carne. Nadie quiere que lo quieran por ser lindo o por tener dinero, todos, por más que nos hagamos cirugías, queremos que nos quieran por algo que refiere a nuestro espíritu.
Es el beso que da vida y mata, pues el beso del Príncipe despierta a Blancanieves, y el beso de la sirena mata al marino y como traición máxima, Judas eligió un beso para marcar a Jesucristo ante los magos oscuros.
La hembra humana, entre todas las hembras, tiene hacia adelante la vagina, así como el macho humano, entre todos los machos, tiene el pene más grande. No es común entre los animales la cópula frente a frente, pero es común en el hombre y hasta nuestra anatomía constituye una prueba histórica.
Algunos piensan que este hacer el amor cara a cara se origina porque el clítoris entra en fricción, y otros piensan que se origina porque se pueden ver los ojos de la persona amada, y lo que es más importante, se puede ver el placer reflejado en los ojos de la persona amada. Creo que las dos cosas son ciertas y creo que también es cierto que el beso determinó ese cambio anatómico del macho y la hembra, pues el beso necesitó involucrarse en el acto que da nacimiento al nuevo ser.
Son los labios, siempre, el objeto deseado. Los labios que se encuentran debajo son para nosotros más primitivos, y por eso, por aspirar a lo superior involucramos esos otros labios que hacen de esta cosa animal del amor una cosa animal del amor de los dioses.
Por la boca, se sabe, escapa nuestra alma cuando morimos, y por la boca, lo sabemos, entregamos el alma al ser amado. El proxeneta no deja que besen en la boca a la prostituta, y la prostituta no se deja besar en la boca porque no quiere entregar el alma.
Te dicen los magos oscuros que sos el virus del mundo, pero yo te digo que no hay obra más hermosa en este mundo, lo que nos lleva al poeta que dijo: «la tierra y el cielo pasarán, pero mis palabras no pasarán» y al poeta que dijo que es el mundo de las palabras el que crea el mundo de las cosas.
El beso que darás con esos labios que dicen te amo será una confirmación de esto que digo.