Los templarios, míticos caballeros cristianos, están envueltos en un halo de misterio. Esta semana vamos a aproximarnos a aquellos temas relacionados con la Orden del Temple que están aún por descifrar, para arrojar, por lo menos, un poco de luz sobre ellos.
La Orden del Temple es el nombre con el que habitualmente se conoce como Orden de los Pobres Caballeros de Cristo del Templo de Salomón. Fue fundada en 1118 o 1119 por nueve caballeros franceses liderados por Hugo de Payns tras la primera cruzada contra los infieles para conquistar Tierra Santa.
En ese momento numerosos peregrinos venidos de todos los confines de Occidente querían viajar a Jerusalén y a los demás sitios donde había transcurrido la vida de Cristo.
Pero el camino no era seguro. Por ello se creó la Orden del Temple: para garantizar un paso franco hasta Tierra Santa.
A partir de aquí comienzan los misterios, pues la orden fue ganando poco a poco más poder, tanto en número de caballeros como en oro. Se dice que los templarios inventaron la letra de cambio, para que el peregrino no tuviera que llevar encima sus caudales en la peregrinación.
La historia de prosperidad de estos caballeros se mantuvo dos siglos, hasta que se perdió Tierra Santa, lo que levantó alguna desconfianza sobre el Temple. Pero su verdadero problema vino por otro lado: Felipe IV de Francia, fuertemente endeudado con la orden y atemorizado por su creciente poder, trató de convencer al papa Clemente V para que erradicara a los templarios. Pocos años después la Orden del Temple cayó en desgracia y casi todos sus miembros fueron asesinados el viernes 13 de octubre de 1307. De ahí viene la nefanda condición de los días 13 que caen en viernes.
La maldición
Algunos mandatarios de la orden habían escapado al viernes 13. Entre ellos, su cabecilla Jacques de Molay, el último Gran Maestre de la Orden del Temple. El 18 de marzo de 1314, ya en la hoguera para ser quemado, lanzó una maldición contra el cumplimiento de la sentencia que había sellado la disolución y caída en desgracia de los templarios. De Molay profetizó un inminente castigo divino para el papa Clemente V y el rey francés Felipe IV, causantes del final de la Orden y de la condena de sus dirigentes.
Como si de justicia divina se tratara, el pontífice y el monarca murieron en el transcurso de ese mismo año. La maldición se había cumplido y De Molay se convirtió en leyenda.
Pero los templarios habían desaparecido ¿o no?
¿Llegaron a América los templarios?
Tras el fatídico viernes 13, los templarios que sobrevivieron pusieron rumbo norte. Muchos se dirigieron al puerto de la Rochelle en Francia y también se cree que muchos de ellos subieron por Gran Bretaña y se asentaron en Escocia.
Pero ¿por qué dirigirse al norte? ¿A dónde se dirigían embarcando en la costa atlántica francesa?
Pues bien, hay quien afirma que los templarios sabían de la existencia de América y por ello muchos caballeros se habrían exiliado allí.
Aunque algo más de una centuria posterior, hay un edificio en Escocia vinculado con los templarios: la capilla Rosslyn, muy cerca de Edimburgo. Este edificio de corte gótico fue promovido por la familia Sinclair.
Antes de la construcción de la capilla, uno de los miembros de esta familia, Henry Sinclair, supuestamente con el apoyo financiero de los templarios, armó una flota para hacer un viaje que les llevó al Nuevo Mundo. La fecha es anterior a 1400, pues sabemos que Henry Sinclair fue asesinado ese año después de haber regresado. Este viaje explicaría el extraño ornamento de Rosslyn en el que vemos mazorcas de maíz y plantas de aloe vera, desconocidas entonces en Occidente.
Bafomet
Una de las acusaciones que dieron pie al ajusticiamiento de los templarios fue el rumor de que estos realizaban un extraño rito iniciático para entrar en la orden que tenía que ver con la adoración de una extraña cabeza, la cual afirmaron los acusadores que era un objeto del Maligno. Esta cabeza es conocida como Bafomet.
Este nombre quizá te suene como un símbolo ocultista, y así es, el mago Eliphas Levi, a mediados del siglo XIX incluyó un dibujo de Bafomet en su libro Dogma y ritual de la alta magia. Se trataba de un macho cabrío con todos los atributos demoníacos.
Hay otra teoría. El Bafomet templario podría ser un vultus trifrons, una cabeza con tres caras. el opuesto a la Trindad trifacial.
Vamos hasta el Convento de Cristo en Tomar, uno de los enclaves templarios más importantes de Portugal. En una de las claves de bóveda del refectorio nos encontramos con una enigmática cabeza con tres caras. ¿Sería esta la forma del supuesto de Bafomet? No lo sabemos.
Hay quien afirma que el nombre de Bafomet sería una derivación del nombre de Mahoma: «mahomet», y esa clave de bóveda que acabamos de mencionar tiene rasgos arábigos. Es solo una teoría.
Otro supuesto Bafomet estaría en la ermita de San Bartolomé en el cañón del río Lobos en Soria, donde vemos un canecillo con cuatro caras opuestas.
Lo cierto es que todo son suposiciones. No hay ninguna certeza de cómo pudo ser el Bafomet templario ni cuál pudo ser su ritual.
Delicatessen.uy publica esta nota con expresa publicación de su autor. Originalmente aquí