Charlie Arturaola es un legendario sommelier uruguayo conocido por su participación en proyectos cinematográficos y su labor en educación y difusión del vino. A los 20 años viajó de Uruguay a Europa e inició su carrera trabajando como camarero de vinos en un crucero. Hoy habla 5 idiomas y es una figura en el mundo del vino a nivel internacional. Fue galardonado con el premio Communicator of the Year en el año 2012 por e International Wine and Spirits Competition de Reino Unido. Es jurado en el Concours Mondial de Bruselas. Ha trabajado como actor en The Ways of Wine (2015), El camino del vino (2010) y The Wine Guys: Grape Escapes (2017), así como en el documental Uruguay entre viñas. es presidente del Grappolo Blu Inc. con base en Miami, donde enseña, conduce catas y ejerce como consultor. Actualmente vive en Francia y viaja por todo el mundo.
Un sabor de la infancia
Las tortas de mi madre de dulce de leche y vino ajerezado.
Una manía confesable
Ir contra corriente… terco…¡tengo sangre vasca!!
Un amuleto
Un buen abridor de vinos. Viaja conmigo.
El último libro que leí
Uy, What the nose knows, sobre lo que olfateamos y nos queda en el nostril y los chips de la memoria.
Una película que me marcó
El Camino del Vino, otra: Edith Piaf La Vie en Rose .
Algo que evito
Confrontarme.
Si pudiera volver a empezar sería
Hombre de radio.
Un lugar para vivir
Piriapolis
Un lugar para volver
San Sebastián, el casco viejo.
Una materia pendiente
Máster de Vinos.
Un acontecimiento que cambió mi vida
Perder mi madre muy de niño.
El escritor definitivo
Fiodor Dovstoiesvki.
Algo que jamás usaría
Un chaleco de vestir.
La última vez que pensé “tierra, trágame”
Dirigirme al público en la sala de Banquetes de la Reina de Inglaterra , como invitado de clausura de la cena del premio, Comunicador del Vino enfrente a 500 comensales.
El lugar más feo del mundo
Los latifundios de Ciudad del Cabo, Africa del Sur.
Una rutina placentera
Probar una botella de vino diferente. Si es posible a diario.
Me aburre
Dormir largas horas. ¡¿Para qué?!
Una extravagancia gastronómica que frecuento
Simple, una merluza del Atlántico norte a la plancha.
Una canción que aún me conmueve
Dust in the Wind, Kansas.
Un restaurante que nunca falla
El Palenque, en el Mercado del Puerto de Uruguay.
Algo que cambiaría si pudiera
Estar más cerca de mis nietos.
El valor humano que más admiro
Ser agradecido.
Una última palabra
¡¡¡In vino VERITAS!!!