Tomar whisky en bares feos | Irene P. Delponte

Irene en Big Sur, California

Irene Paula Delponte (Rosario, Agentina, 1984) es repostera y fundadora de Santé. Estudió pastelería, ciencia política, sociología, realización audiovisual, animación 2D y FX. En 2021 publicó el libro de recetas La cocina de Santé con el sello Grijalbo. Fue coescritora del blog Esto me pasa por puta y hace pocas semanas publicó Todo es amarillo, su primer libro de narrativa con el sello editorial Fardo.


Un sabor de la infancia
El arroz amarillo con pollo (arroz azafranado) de mi abuela Nelly, una andaluza salerosa que cocinaba como nadie. 

Una manía confesable
Contesto los mensajes de WhatsApp cuando tengo tiempo o ganas y manifiesto mi malestar cuando me exigen inmediatez en la respuesta.

Un amuleto
La reserva total, no contar las cosas hasta que estén por suceder. 

El último libro que leí
Buenas noticias, de Carolina Silva Rodé, poeta uruguaya.

Una película que me marcó
El mago de Oz, con Judy Garland. Hasta el día de hoy está en mi “top of mind” cuando pienso en películas importantes.

Algo que evito
Salir en auto (para poder beber).

Si pudiera volver a empezar sería
Creo que haría todo igual —aunque si pudiera me ahorraría algún disgusto—. Llegué hasta acá, donde me siento muy cómoda y feliz, gracias a haber transitado este camino. 

Un lugar para vivir
Viviría muy feliz en la Peñíscola valenciana.

Un lugar para volver
New York, de hecho, vuelvo todos los años.

Una materia pendiente
Viajar por Asia.

Un acontecimiento que cambió mi vida
El suicidio de mi espléndida abuela Nelly.

El escritor definitivo
J.D. Salinger.

Algo que jamás usaría
Taco alto. No puedo, me incomoda, me hacen ver muy alta, no los sé llevar.

La última vez que pensé “tierra, trágame”
Le mandé un mensaje a una persona hablando mal…de ella. Fue una forma inconsciente —aunque muy vergonzosa— de romper el vínculo.

El lugar más feo del mundo
La estación de ómnibus de Retiro, en Buenos Aires, de noche. Me tocó pasar una noche yendo a Rosario de apuro y fue una experiencia que no le deseo a nadie.

Una rutina placentera
Todas mis mañanas de 7:30 a 9:00, cuando me pongo a tiro con mails, lecturas, noticias, o simplemente el ocio.

Me aburre
Las modas. La gente (de cualquier ámbito, especialmente artes u oficios, incluido el gastronómico) que solo se rige por modas y no erige una identidad, me aburre mucho.

Una extravagancia gastronómica que frecuento
Ir a tomar whisky a bares feos (o por lo menos mal mantenidos o de higiene cuestionable). No daré nombres porque tampoco es cuestión 😂.

Una canción que aún me conmueve
The wonder of you, de Elvis, el rey. Moonlight serenade, de Glenn Miller. Ay, carabí y hurí, un pasodoble que cantaba mi abuela y aparece en Las cosas del querer.

Un restaurante que nunca falla
El bar Las flores, el Candy bar, el bar Brecha, Atorrante, Misión comedor, Escaramuza. Cada uno a su manera te da justo lo que vas a buscar.

Algo que cambiaría si pudiera
La desigualdad de oportunidades para acceder a derechos básicos y universales. 

El valor humano que más admiro
La paciencia. 

Una última palabra
Insondable, amo esa palabra y la uso mucho.