Carolina Coronado no es Fernán Caballero | Manuel Guerrero Cabrera

Sobre el error de utilizar el retrato de Coronado como el de Cecilia Böhl de Faber

Carolina Coronado por Federico de Madrazo y Kuntz. Museo del Prado de Madrid

El octubre pasado, andaba yo mirando el catálogo de una editorial, de una buena editorial, cuando me topo con la reedición de una obra de Cecilia Böhl de Faber, o Fernán Caballero. Cuento esto, porque me asombré de que la imagen de la autora que se visualizaba no era ella, sino otra, la poeta romántica Carolina Coronado. Extrañado ante la confusión, escribo un correo a la editorial informándole de ello y, al preguntarme cómo una editorial ha podido cometer tal error, me da por teclear «Fernán Caballero» en Google: los resultados de las primeras imágenes de la búsqueda me mostraban el retrato de Carolina Coronado.

En los años 90 del siglo pasado la poesía de Coronado fue puesta en valor por la crítica y su estudio, como en los trabajos de Susan Kirkpatrick y María del Carmen Simón Palmer, entre otras (ya en los primeros años de este siglo, el profesor de la Universidad de Córdoba Blas Sánchez Dueñas me pondría tras la pista de estos estudios) y, en resumen, su obra y su nombre se recuperaron para la Literatura española, entonces. Como apunte personal, en el Congreso de Bohemios, raros y olvidados celebrado en 2004 en Lucena (Córdoba), Coronado era, por lo dicho anteriormente, una autora que no encajaba con ninguno de esos tres términos. Sin embargo, le llegaría un nuevo olvido con el uso de la tecnología e Internet, como apuntaremos más adelante.

Una búsqueda de libros en internet. Un error que se descubre, lo que permite encontrar otras confusiones literarias y plásticas. Interesante nota sobre la curiosidad.

Volviendo al octubre pasado, tras la búsqueda en Google, hallé que esta, Pinterest y otras plataformas relacionaban el nombre de Fernán Caballero con la imagen de Coronado. Fue cuestión de paciencia y tiempo, yendo de enlace en enlace, descubrir que la primera vez que se cruzan el nombre y la imagen sucedió en 2014. En menor medida también pasa en años sucesivos, hasta que se intensifica a partir de 2017, cuando una página de biografías enlaza las palabras «Fernán Caballero» con el retrato de Carolina Coronado; a partir de ahí, casi con seguridad, debido a la alta frecuencia de compartirlo en redes, Google y otros han terminado relacionándolas. En ese «otros» incluyo las redes sociales, en las que perfiles de Facebook y, sobre todo, de Twitter, han estado contribuyendo a este error enormemente. Había de todo: un grupo que decía trabajar para el CSIC, toda una biblioteca virtual que coloca la imagen de Coronado en la portada de los libros sobre Böhl de Faber, feministas indignadas con que esta autora tuviera que utilizar el nombre de Fernán Caballero pero que ignoraban que la mujer del retrato no era ella, centros educativos, ayuntamientos, editoriales (pasando el equívoco de la red al papel)… Tras escribirles y avisarles, también a usuarios de redes sociales, la mayoría (especialmente, la biblioteca virtual) respondió colocando algún retrato verdadero de Böhl de Faber o eliminando el de Coronado (excepto en Facebook, curiosamente). En la figura a la izquierda, Retrato de Fernán Caballero (Cecilia Böhl de Faber) por Eduardo Cano de la Peña. Museo de Bellas Artes de Sevilla

La conclusión principal a la que se llega es que no se contrastan las fuentes, pese a que tenemos todas las herramientas a nuestro alcance para ello; pues fue facilísimo dar con el enlace de la web del Museo del Prado en el que aparece el retrato de Carolina Coronado y, por consiguiente, su nombre: así de sencillo es demostrar que la mujer del retrato no era Cecilia Böhl de Faber. Esto da lugar a una paradoja: si bien la imagen de Coronado era ampliamente difundida, se estaba asistiendo a un nuevo olvido, gracias a las tecnologías, al identificar su retrato con otro nombre.

¿Cómo pudo darse esta confusión? Probablemente, cosas del ser humano, alguien vio a dos mujeres vestidas de negro y no pensó que fueran personas distintas.

Una búsqueda en Google nos descubre un error que el autor detectó viendo libros en internet. Una autora y un retrato, historias de cruces.

Una búsqueda en Google nos descubre el error que comentamos en el artículo.
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