Tomates verdes fritos | Natalia Mardero

Diversos cuentos de Natalia Mardero (Montevideo, 1975) forman parte de distintas antologías de Uruguay y del exterior, entre las que se destacan: El descontento y la promesa (Trilce, 2008), 22 Mujeres (Irrupciones, 2012), Antología de narrativa nueva / joven uruguaya (Casa de las Américas, 2015), Narrar lo extraño (Qeja ed., 2018) y Organismos (Hal 9000 ed., 2018). Su libro Posmonauta (ed. Latina, 2001; Irrupciones, 2010) recibió el Premio Municipal de Narrativa en 1998 y el Premio Revelación en la Feria del Libro de Montevideo en 2001. Algunos cuentos de ese volumen fueron editados en libros de enseñanza primaria de Chile (ed. Marenostrum, 2007; 2013). Posteriormente publicó la nouvelle Guía para un Universo (ed. Cauce, 2004; Estuario, 2016), con ilustraciones de Eduardo Barreto, el libro Gato en el ropero y otros haikus (Irrupciones, 2012), la novela Cordón Soho (Estuario, 2014; Eduvim, Argentina, 2019) y el libro de cuentos Escrito en Super 8 (Estuario, 2019). Es Licenciada en Comunicación y columnista en el programa de radio “Oír con los ojos”.

 

Un sabor de la infancia
Los chicles Ploc traídos del Chuy, los helados de la heladería García, el níspero del fondo de casa.

Una manía confesable
El uso de posavasos.

Un amuleto
No tengo.

El último libro que leí
Objeto de amor, de Edna O’Brien.

Una película que me marcó
Tomates verdes fritos.

Algo que evito
Las grandes multitudes.

Si pudiera volver a empezar sería
La misma.

Un lugar para vivir
Colonia del Sacramento.

Un lugar para volver
Nueva York y cualquier parte de Italia.

Una materia pendiente
Manejar.

Un acontecimiento que cambió mi vida
Crecer con una biblioteca a mi disposición

El escritor definitivo
Truman Capote y Carson McCullers.

Algo que jamás usaría
Tacos de 12 centímetros.

La última vez que pensé “tierra, trágame”
Tropecé y me caí en la calle.

El lugar más feo del mundo
Cualquier lugar con personas que la estén pasando mal.

Una rutina placentera
El café con leche a la mañana. Un poco de sol en la cara.

Me aburre
La gente que solo habla de sí misma.

Una extravagancia gastronómica que frecuento
Experimentar haciendo poke bowls.

Una canción que aún me conmueve
“Suspicious Mind” en la versión de Elvis.

Un restaurante que nunca falla
Hummus y sus lehmeyunes; empanadas de La Campeona. Y la cocina de mis padres.

Algo que cambiaría si pudiera
No más pandemias.

El valor humano que más admiro
La honestidad.

Una última palabra
Ars longa, vita brevis.