Murphy y autoestima | Jaime Clara

Disfruto muchísimo de la Ley de Murphy en todas sus variantes. Me parecen un inteligente divertimento que provoca la reflexión. Muchas veces, el enunciado de Murphy, en alguna de sus múltiples variantes puede permitirnos anticipar un problema o, al menos, ensayar una solución ante el primer inconveniente. La ley fue creada en 1949 por Edward A. Murphy Jr., un ingeniero que trabajó en experimentos con cohetes sobre rieles en la Fuerza Aérea de los Estados Unidos. Si bien tiene centenares de variantes, la Ley de Murphy, originalmente rezaba que “si algo puede salir mal, saldrá mal”. Para muchos, esta máxima denota una actitud pesimista y resignada ante la vida. Para otros, supone anticiparse a los problemas.

Un repaso sobre la historia del enunciado de Murphy demostrará que, como en tantos casos, no hay una verdad sobre el origen de la frase. Compañeros de trabajo y familiares de Murphy polemizan sobre cómo fue exactamente que se pronunció, por primera vez, la famosa ley.

En realidad, lo que me importa analizar en esta columna, es la posible utilidad de Murphy y su máxima en nuestra vida cotidiana. Para quienes lo han estudiado, “el espíritu (de la ley) conlleva el principio de diseño defensivo; el anticipar los errores que el usuario final probablemente cometerá. (…) Un ejemplo frecuentemente citado de esta tendencia a enfatizar lo negativo, es que, cada vez que una rebanada de pan untada de mantequilla cae al suelo, la gente tiende a recordar más vívidamente las veces en que cayó con el lado de la mantequilla hacia el suelo, puesto que si cayera con la mantequilla hacia arriba tendría menos consecuencias. Por lo tanto, uno tiene la impresión de que el pan siempre cae con la mantequilla hacia abajo, sin importar la verdadera probabilidad de cada ocurrencia. Leyes como la de Murphy son una expresión directa de tales perversidades en el orden del universo.”

Una de las críticas que se le hace al enunciado de Murphy es que hace énfasis en lo negativo. Esa actitud perdedora hiere, según los críticos, la autoestima de las personas. Cuando se encara una tarea con el mejor ánimo, aparecerá Murphy que nos desestimulará, porque nos recuerda que “si algo puede salir mal, seguramente saldrá mal”. Confieso que tengo mis dudas que este pensamiento sea tan lineal. Emprender una actividad, cualquiera sea ésta, deberá contar con todas las previsiones posibles. Cuando realizamos un trabajo, debemos tener en cuenta la mayor cantidad de escenarios posibles para saber de qué manera actuar si las cosas no salen como se preveían. O también, para ver cómo actuamos cuando las cosas salgan bien.

En el blog Palabra de Neo, se analiza críticamente la ley y se dice que “la vida es algo caprichosa, no siempre obtenemos eso que buscamos, eso que esperamos. La vida no nos da lo que uno quiere sino lo que uno necesita y esto implica que no siempre será todo color rosa. A veces uno necesita chocar contra varios muros y caer varias veces para darnos cuenta que las cosas no van por buen camino. El problema está cuando asimilamos cada resultado de cada acción nuestra como una pérdida. Muchas veces se pierde ganando, y viceversa. Empezamos a sentir eso que a mi parecer es el principal enemigo de todas nuestras metas, la frustración. Llega cuando vemos todo perdido, cuando creemos que ya hemos dado lo mejor de nosotros y que, intentando una y mil veces, jamás podremos mejorar e incluso llegamos a pensar que todo saldrá aun peor. Nos termina de quitar las escasas energías que logramos reunir. La frustración acaba con las pocas esperanzas que tanto necesitamos para seguir de pie. Pero hasta el más grande océano tiene fondo, todo tiene su límite. Si es que alguna vez llegamos a sentir que caemos sin esperanza alguna de detener esa caída es porque no nos da la gana de ponerle fin.”

No siento que la autoestima se vea lesionada si tomamos en cuenta a Murphy a su máxima como parte de nuestra estrategia personal. En el libro “La nueva ley de Murphy: diez reglas poco convencionales para conseguir que todo le vaya bien, tanto profesional como personalmente” (Editorial Amat), su autor Emmett C. Murphy, dice que “la humildad, lejos de significar debilidad o poca autoestima, señala una extraordinaria confianza en uno mismo. Reconocer y ser conscientes de nuestras limitaciones, y admitir qué no sabemos o qué no podemos hacer nos permite sustituir el pesimismo por optimismo. Las cosas sólo pueden ir bien si cerramos la brecha entre lo que sabemos y lo que no sabemos, y eso normalmente supone buscar la ayuda de los que saben lo que nosotros no sabemos o que pueden hacer lo que nosotros no podemos.”

Creo que a la Ley de Murphy hay que tomarla como lo que es: primero y antes que nada un divertimiento. A partir de esta comprobación, vemos de qué manera podemos sacarle provecho para que juegue a nuestro favor. En mi caso, analizo siempre qué errores puede haber en una actividad que encare. Sabiendo de antemano esos errores, me resultará más sencillo tratar de solucionarlos porque no me tomará de sorpresa en medio de la tarea. La Ley de Muphy, y todas sus variantes posteriores, no debe transformarse en una queja, sino todo lo contrario, es un deber para tratar de hacer mejor las cosas.

Uno de los libros que más ha desarrollado la ley es el escrito por Arthur Bloch. Allí se incluyen diferentes variantes de la Ley, algunas de las cuales comparto, para seguir pensando:

Ley de Murphy
Si algo puede salir mal, saldrá mal.

Corolarios.
Nada es tan fácil como parece.
Todo lleva más tiempo del que usted piensa.
Si existe la posibilidad de que varias cosas vayan mal, la que cause más perjuicios será la única que vaya mal.
Si usted intuye que hay cuatro posibilidades de que una gestión vaya mal y las evita, al momento aparecerá espontáneamente una quinta posibilidad.
Cuando las cosas se dejan a su aire, suelen ir de mal en peor.
En cuanto se ponga a hacer algo, se dará cuenta de que hay otra cosa que debería haber hecho antes.
Cualquier solución entraña nuevos problemas.
Es inútil hacer cualquier cosa a prueba de tontos, porque los tontos son muy ingeniosos.
La naturaleza siempre está de parte de la imperfección oculta.
La madre Naturaleza es una perra.

Filosofía de Murphy
Sonría. Mañana puede ser peor.

Postulado de Boling
Si se encuentra bien, no se preocupe. Se le pasará.

Paradoja de Murphy
Siempre es más fácil hacerlo de la forma más difícil.

Ley de Pudder
Todo lo que empieza bien, acaba mal.
Todo lo que empieza mal, acaba peor.

Postulado de Tylczak sobre la probabilidad
Los sucesos fortuitos tienden a suceder todos juntos.

Síntesis de Schnatterly sobre los corolarios
Si algo no puede salir mal, saldrá mal.

Paradoja de Siverman 
Si la Ley de Murphy tiene que salir mal, saldrá mal.

Extensión a la Ley de Murphy 
Si una serie de sucesos puede salir mal, saldrá mal en la peor secuencia posible.