Entrevistas imposibles: Con la proxeneta, Madame Claude | Hebert Abimorad

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Un comisionista es una persona encargada de gestionar una actividad en nombre de otro representante; para ser más claro, vende en nombre de otra persona, cobrando una comisión. Cuando se trata de prostitución, se le denomina proxenetismo, siendo la función la misma, obtener beneficios económicos a costa de otra persona, con una variante, el proxeneta se encarga también de proveer servicios de protección de sus mujeres que trabajan.

Me encuentro con mi compañera de viaje en París, a bordo de la línea 9 del Metro, con destino a la estación de La Muette, desde allí recorreremos Boulainvilliers hasta encontrar el número 32, lugar de la Residencia de las “chicas” de Madame Claude.

No nos ha sido difícil encontrar la dirección. Nos detenemos en la puerta con ansiedad y temor.

Al entrar nos recibe la canción, Je t’aime… moi non plus, de Jane Birkin. Cálida acogida ante la tarea de entrevistar a semejante persona pública. Para sorpresa y tranquilidad, mis prejuicios desaparecieron al enfrentarme a Madame Claude, que me espera con gestos cordiales y mirada transparente, dándonos la bienvenida en un español fluido. Le presento a quien me acompaña, Nelly González, bautizada ese mismo día por Madame Claude como Naná.

Es entonces que le pido permiso para encender mi pequeño grabador.

¿Lugar de nacimiento?
– Angers, es una ciudad situada en el departamento de Maine y Loire, territorio de ultramar, cerca de Nantes.

¿Su verdadero nombre?
-Ferande Grudet

¿Cómo fue su infancia?
– Mi familia era modesta y no digo nada más.

Retomo el tema. ¿Dijo, en una entrevista radial, haber sido deportada durante la Guerra?
-No acostumbro a deferirme sobre los años de la ocupación Nazi.

Toma las riendas de la conversación Naná.

¿Cómo consigue a las chicas?
– Ellas se presentan solas buscando protección.

¿Protección de quiénes?
-De los hombres, eso es muy claro, el acoso y la violencia masculina.

¿Cómo se le ocurrió la idea de ser proxeneta?
-Es un término que no me gusta, soy vendedora de fantasías. Le contestaré de otra manera, hay dos cosas que funcionan de manera regular en la vida, la comida y el sexo. Yo nunca estuve dotada para la cocina.

¿Sobre las tarifas?
-Me apropio del 25 % de las tarifas.

Vuelvo a un tema delicado para Madame Claude.
¿Cuál es su secreto para no haber sido molestada por la policía?
-Cumplo con las leyes y los impuestos.

¿Se dice que el Servicio de Inteligencia le debe mucho?
-Se dicen muchas cosas.

Pregunta Naná.
¿Sobre sus clientes, puede nombrar alguno?
-Todo el mundo lo sabe, son poderosos, absoluta discreción.

¿Sobre los que residen fuera del país?
-Mis chicas viajan al exterior al encuentro de sus clientes, como John Kennedy, el empresario italiano, Gianni Agnelli, entre otros.

¿Cómo logra que sus chicas gusten a personas tan acaudaladas y educadas?
-Les enseño buenos modales y la lectura de un libro por mes.

Vuelvo con una pregunta general.
¿Cómo ve las relaciones amorosas en estos tiempos?
– El hombre de hoy no quiere compromiso, paga a una prostituta y listo.

¿Cuál es su filosofía sobre el sexo?
-Si no se tiene buen sexo con su pareja, el hombre evade y se acuesta con otra, mientras que la mujer se queja y lo dice.

Termino la entrevista, doy las gracias, guardo el grabador y me retiro.

En tanto me dirijo al aeropuerto le comento a Naná que nos hemos enfrentado a una mujer empresaria, manipuladora y mentirosa, algo fácil de entender, ya que es la única manera de relacionarse con el mundo criminal y los políticos de turno.

Lo que no sabía Madame Claude era que su destino estaba condenado cuando Valéry Giscard d´Estaing, pocos años más tarde, fuese elegido presidente. Es entonces que conoce la persecución y la cárcel acusada de fraude fiscal. El proxenetismo y la prostitución dejan de ser un oficio romántico y se convierte en delito.

Madame Claude muere a los 92 años de edad en una pensión en Niza.

Llevándose a la tumba muchos secretos del mundo criminal y de la esfera poderosa francesa e internacional.

De regreso a Montevideo, Naná se dirige a Maldonado para hacer realidad su sueño de La casa de Naná, mientras yo aguardo en la parada de ómnibus el 156 que me lleva al Cerrito.