«Patria», la voz de los otros | Jaime Clara

El libro llegó casi tímidamente a Uruguay, aunque hubiera merecido un desembarco acorde al prestigio y éxito que tiene en todo el mundo. Fernando Aramburu (San Sebastián, 1959) es un poeta y ensayista reconocido en España. Este escritor vasco es considerado por muchos, casi un héroe, por escribir una novela donde se pueden leer/escuchar las voces de quienes fueron víctimas del terrorismo de ETA. “Patria” es una novela que transcurre en el interior del País Vasco, en el que la presión de los separatistas violentos iba desde la extorsión hasta el asesinato, marcando a fuego los vínculos de una población en la que todos se conocen.

Todo comienza con una noticia en la que nadie cree: un nuevo alto el fuego de ETA. Sigue con la visita de una viuda al pueblo del que se tuvo que exiliar por culpa de la violencia cotidiana, para ir al cementerio donde está la tumba de su marido asesinado. Regresar a su pueblo y a su casa, es visto hasta por el cura, como una incitación a la violencia, cuando fue la propia violencia la que mató a su marido y la expulsó. “¿Podrá convivir con quienes la acosaron antes y después del atentado que trastocó su vida y la de su familia? ¿Podrá saber quién fue el encapuchado que un día lluvioso mató a su marido, cuando volvía de su empresa de transportes?”, son las preguntas inquietantes que se hacen desde la contratapa.

Fernando Aramburu por Jaime Clara
Fernando Aramburu por Jaime Clara

“Patria” describe con detalle, reflexión, tiempo y paciencia, las luces y sombras de los vínculos, cargados de solidaridad, compasión y desconfianza que el crimen y la intimidación provocaron durante décadas. Lo que se cuenta es lo que no salía en las noticias de diarios, radios o televisión. Tuvo que pasar mucho tiempo para que alguien tomara en cuenta que las cicatrices de una sociedad son el resultado de heridas profundas, no sanadas del todo.

La novela, tras vender casi un millón de ejemplares en todo el mundo y haber sido traducida a una decena de idiomas, fue adaptada y trasladó su éxito editorial, y se transformó en la primera serie española producida por HBO.

La serie, finalizó este domingo 15 de noviembre. Los ocho capítulos se pueden ver, todos juntos, en plataformas de streaming.

Interpretar un símbolo

Cuentan los realizadores del proyecto en televisión, que era importante, para ellos, que el elenco fuera todo de origen vasco. La presencia de dos actrices monumentales ponen la vara muy alta en una propuesta con una fuerte carga afectiva, histórica, que mueve las fibras más íntimas de un pueblo que sufrió la violencia y el terrorismo, más allá de la justicia del reclamo. Porque no es verdad que siempre el fin justifica los medios. Hay medios que son criminales, imposibles de justificar.

patria
Elena Irureta y Ane Gabarain

Esas dos actrices que encarnan a Bittori y Miren, son Elena Irureta y Ane Gabarain. El periodista que las entrevistó para El País de Madrid, Tom C. Avedaño, escribió que «la dificultad que supone actuar en un proyecto como «Patria» radica precisamente ahí, en que es una historia profundamente simbólica y llena de metáforas. Bittori es, en cierta manera, todas las viudas de víctimas de ETA y Miren, todas las madres de terroristas. Su historia no es solo suya, es la de toda una sociedad (a la cual, incluso, se le puede poner el rostro de Arantxa, la hija de Miren que sufre un ictus: herida, casi paralizada por completo, pero viva y en vías de recuperarse). Sin embargo, es imposible interpretar a un símbolo: actuar, por definición, es buscarle corazón y rasgos a un ser humano concreto. Equilibrar una cosa con la otra, humanizar entendiendo la trascendencia social y política del texto, ha sido el reto de estas actrices.»

Una vez más la eterna discusión, el libro o la serie. El libro impacta porque le da voz a los otros, a las víctimas, porque se mete en las entrañas de un conflicto que partió con sangre, violencia y muerte a toda una sociedad. Esas sí que son grietas. El gran mérito de Fernando Aramburu fue recorrer un camino muy poco transitado, con la sensibilidad de un gran narrador.

Si bien la serie resultó una adaptación bastante lineal para quienes ya habían leído el libro, no dejó de instalar un tema fundamental que la sociedad vasca primero, y la española después, no terminaba por discutir. Depende en qué lugar se ubique el lector o el espectador, para analizar el libro o la serie de TV. Si es maniquea o no, si está bien que se haya rodado en español y no en euskera, si aporta o no al debate, en fin, son otras discusiones posteriores. Lo que si es imposible negar es el valor que tiene el libro y la serie, cada uno en su formato, para correr un velo que, hasta el momento, permitía ver muy poco de ese pasado reciente.

Rodaje de Patria
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