Las Toscas es un pequeño balneario en la Costa de Oro de Uruguay. En algún momento de su historia abarcó lo que hoy es Atlántida y Parque del Plata. En este tranquilo balneario donde viven tres mil y pocos habitantes se anunciaba un hecho que despertó mi curiosidad.
La noticia circuló rápidamente luego que se publicara en redes: Tenemos libros nuevos para donar. Ya lo quisimos donar a la Alcaldía de Atlántida para que pudieran repartirlos por todas las bibliotecas de Canelones y me dijeron que no…. VAN A ESTAR AFUERA SÁBADO Y DOMINGO. EN UNA GRAN VOLQUETA. DESDE LAS 10 DE LA MAÑANA. EMPEZAMOS A SACARLOS AFUERA. BIENVENIDOS!
En otra publicación se agregaba: Si alguno quiere, necesita, sabe de alguien que quiera o necesite, estamos en Las Toscas, avenida Mario Ferreira esquina G, a partir del mediodía aproximadamente. Día sábado 24 y domingo 25 de octubre.
Los comentarios a la publicación eran de todo tipo, algunas personas se espantaban al saber que los libros serían tirados en una volqueta, había quienes pedían que les mandaran libros por encomienda, otros preguntaban si había libros de una temática determinada. Estaban también los que agradecían el gesto:
Aún hay esperanzas de tener una sociedad a la que le guste y siga disfrutando de los libros…me gusta esta foto… salvando libros ….
Al menos no se tiraron a la basura, me quedo contenta el saber que aún hay gente a la que le interesa la cultura, la lectura por medio de libros tradicional y no tanto por app de libros para leer en una tablet o celular…me quedé con muchísima pena no poder ir…pero bien por los que fueron a salvar esos libros !!!ya sea para disfrutarlos o revenderlos…el tema era que no terminaran en la basura
El juicio demoledor no tardó en llegar:
En vez de hacerte el filántropo, qué te parece si te tomás un poquito de trabajo y los repartís entre la gente que lo necesita Agarrá el autito -que seguro tendrás- y llevalos a escuelas y todas las instituciones que se te ocurran. Cómo podés decir con ese desparpajo, en el Uruguay que tenemos, que vas a tirar miles de libros en volquetas? De verdad es que por eso estamos como estamos.
Cámara en mano quise registrar este curioso acontecimiento. Al llegar vi un grupo de personas en torno a una volqueta. No lograba distinguir de dónde venían los libros. Pregunté y recibí diversas versiones. Uno sostenía que se trataba de una librería que había cerrado, otro decía que los libros eran de una imprenta. La tercera versión consignaba que eran de una distribuidora que abastecía las librerías de Punta del Este.
La volqueta era el epicentro. Algunas personas se aferraban a ella y no dejaban el puesto por ningún motivo, dentro había un joven que recibía los libros. Pero estos empezaron a volar desde el interior del local y cada vez menos llegaban a destino. Una cadena humana iba desarmando los paquetes y los pasaba de mano en mano, quien lograba atrapar un paquete en el aire lo abría y lo iba pasando. Había personas de todas las edades. Un señor con una larga y canosa barba custodiaba unos bolsos, me dijo que su esposa se encargaba del rescate. Unos cuantos tomaban todos los libros que podían y pasaban los que “tenían repetidos”. Los niños custodiaban las cajas. Una joven pareja sacaba fotos como yo.
Los comentarios eran variados, algunos con ironía comentaban “cuántos lectores hay en Uruguay”, “estos libros terminan en la feria”, “la gente viene porque es gratis”. Un señor me instó a sacar fotos y difundir el acontecimiento. Las personas aceptaban amablemente que fotografiara sus montoncitos de libros.
Yo misma me quedé con dos libros que pasaron por mis manos. Alguno preguntaba a viva voz, quién quiere el libro de Harry Potter (en realidad se trataba de un libro de Tom Morris “Si Harry Potter dirigiera General Electric¨). Me quedé con “el de Harry Potter” y con uno de Víctor Heredia que imaginé sería una biografía y resultó ser una novela.
En un murito se iban apilando prolijamente los libros “repetidos”. Escuché a alguien que decía: este se lo voy a llevar para mi papá porque le gustan las novelas policiales. En un rincón vi a tres jóvenes revisando el contenido de los libros haciendo el ejercicio del criterio.
La entrega de libros duró todo el día. Por la noche volví a las redes, había quienes se quejaban del tumulto, otros decían que había estado la policía. Quienes regalaban los libros y sus conocidos celebraban la jornada:
Gracias a todos los que colaboramos para poder hacer que esta donación de Abel sea lo más ordenada posible y siempre con respeto hacia el prójimo y tratando de que cada persona que fue pudiera obtener algún libro sin importar para qué fin lo quería no somos quienes para juzgar estamos en esta vida de paso y la solidaridad es lo primordial de la existencia gracias Abel y su familia y a los compañeros y compañeras que colaboramos para que esto se haga lo más ordenado posible mucha luz a todos
Gracias a ti por la solidaridad, por haber pensado de este modo tan amable con las personas ya que de su bolsillo se les fue mucho dinero me encantó la jornada y sobre todo que es la primera vez que veo que el el dinero no es nada, y si poder hacer felices a las personas compartiendo, organizando y preocupándose por el valor a las escrituras, y tanta solidaridad y amor a los libros , me gustó mucho poder compartir esta abundancia de libros los que no estaban muy contentos eran los muchachos de la carretilla por el atropello de las personas ansiosas que no entendían la consigna. muchas gracias y yo muy feliz por este día maravilloso y con todos los libros que me dieron. Muchas bendiciones
Abel, el padre de la iniciativa comentó:
El segundo tiempo fue mucho más organizado gracias a las/los innumerables voluntarias/os.
Larguísima jornada pero se concretó exitosamente. No quedan más libros. Gracias al trabajo de todos se pudo hacer todo en un solo día, me voy a dormir con la tranquilidad del deber cumplido.
Como testigo y participante considero que en medio del aislamiento en el que estamos, este encuentro con personas y libros fue uno de esos episodios que vale la pena registrar. Las fotos dan cuenta de esa cadena humana que se formó. Nadie preguntó qué destino tendrían los libros. Están circulando y eso es mucho.