Viajar con encanto | Francesc Fusté-Forné

La marca de calidad de pueblos con encanto, certificada por la Agencia Catalana de Turismo, reconoce pueblos que muestran un atractivo o belleza especial y única que enamora a quienes los visitan. Este encanto se refiere a la disposición de una combinación de elementos arquitectónicos y patrimoniales, urbanísticos, medioambientales y paisajísticos, y turísticos, que además se integren para generar una oferta accesible. Peratallada es uno de estos pueblos, que obtuvo la distinción el año pasado, la cual ayuda a divulgar el encanto de esta vila medieval, con un amplio abanico de posibilidades de promoción online y offline.

Peratallada pertenece al municipio de Forallac, que se ubica en la comarca del Baix Empordà, en la provincia de Girona al noroeste de Catalunya. Con una superficie total de poco más de 20 km2, cuenta con menos de medio millar de habitantes. Recorrer sus callejuelas significa pasear por la historia de un pueblo que se remonta a la época medieval. Su zona fortificada se erige sobre una roca que le da su nombre – pera de piedra, tallada. Las murallas y el castillo conforman las señas de identidad del skyline del pueblo, que se caracteriza por su entramado de calles estrechas y casas de piedra que sorprenden a cada giro. En algunos de estos caracoleos aún se puede observar la señalización antigua que reconoce la pertenencia del pueblo a la partida de La Bisbal d’Empordà.

Peratallada Cada verano, los rincones de Peratallada se abarrotan de visitantes y turistas que en ocasiones pueden incomodar la jornada. No obstante, este verano septentrional es diferente. Calles prácticamente vacías, comercios al ralentí, y terrazas ávidas de clientes que se decidan a sentarse. Por suerte, hay los. Igual que negocios insignia como la heladería del Carrer Major, que es reconocida por sus originales helados salados con sabores del territorio como el de anchoas de la Escala o el que responde a la tradición del vermut con aceitunas. Si no se aventuran a sabores menos típicos, los helados dulces también ayudarán a sobrellevar el calor.

En el regreso progresivo de la actividad turística después del período de confinamiento y en paralelo a los rebrotes que se están sucediendo, pueblos como Peratallada confían en el turismo doméstico para su recuperación. Ahora, las personas viajeras deben apostar por el concepto ‘slow’ frente al ‘fast’, por el descubrir a fuego lento el encanto que destinos tan cercanos a nosotros pueden ofrecer. Callejones por donde se encuentran talleres artesanos y espacios gastronómicos para explorar y dejarse cautivar. Además, su ubicación en el Empordà permite la combinación del turismo ‘cultural’ y el ‘natural’, en un entorno al aire libre entre mar y montaña que ofrece a unos pocos kilómetros de distancia una gran variedad de paisajes para la práctica del senderismo o el cicloturismo, aprovechando los Caminos de Ronda que recorren la Costa Brava.