Catherine Louisa Pirkis es relativamente poco conocida en la actualidad, pero dejó dos legados interesantes. El primero tiene que ver con su lucha en defensa de los animales: junto con su marido, Pirkis fundó la Liga Nacional Canina de Defensa en 1891. Este sería un legado valioso en sí mismo, pero además hizo algo más relacionado con la literatura, y concretamente con la novela policíaca.
Su primera gran novela, Disappeared from Her Home, representó una primera incursión en el género del misterio con la historia de una niña que desaparece de su hogar. Esta serviría como preludio a la creación del personaje de detective femenino Loveday Brooke, que ha sido conocida como «la Sherlock Holmes femenina», a la que dedicó una serie de relatos ‒al igual que hizo C.L. Moore con el personaje de Conan de Robert E. Howard, tomando como punto de partida un personaje masculino y convirtiéndolo en femenino‒. El momento para crear un nuevo detective era el oportuno: Sir Arthur Conan Doyle acababa de matar a su célebre detective Sherlock Holmes, para gran indignación de la nación, aunque más adelante un enorme incentivo económico lo persuadiría para resucitarlo, una década después.
Pero, ¿hasta qué punto se parece Loveday Brooke a Sherlock Holmes? ¿Cómo encaja una mujer detective en un mundo que en el siglo XIX se pensaba reservado a hombres? En principio la Sherlock Holmes femenina convierte esa circunstancias en algo a su favor. Al ser mujer y ser tenida menos en cuenta consigue pasar más desapercibida, lo que le ayuda a resolver los crímenes sin intromisiones. De hecho, no tiene ningún afán de protagonismo. Mientras trabaja en un caso es prácticamente invisible y cuando lo resuelve rehuye del mérito. Uno podría pensar que esa actitud, un tanto sumisa, de echarse a un lado y entregar el fruto de sus esfuerzos a los policías masculinos, es el resultado machista de introducir a una mujer en un mundo de hombres, pero no tiene tanto que ver con eso como con la tradición del detective aficionado, que no busca el reconocimiento ni la recompensa sino el reto intelectual de resolver un enigma. En ese sentido, el Sherlock Holmes de Conan Doyle es bastante similar, entregando en muchos casos el mérito de la resolución de un crimen a Scotland Yard.
Una de las mejores historias protagonizadas por Loveday Brooke es quizá «The Redhill Sisterhood». En ella un frutero jubilado llamado John Murray alquila una casa a unas monjas que tienen la intención de establecer en ella un hogar para huérfanos y enfermos. Sin embargo, allá donde viajan estas monjas se producen una serie de robos en las casas de campo de la zona. ¿Son las responsables las monjas? Esto es lo que Loveday Brooke tendrá que investigar.
Pirkis escribió un total de catorce novelas entre 1877 y 1894 y participó en publicaciones periódicas y revistas. Loveday Brooke es una detective interesante porque, como Sherlock Holmes, posee la capacidad de penetrar en el misterio y resolverlo gracias a su lógica y a su ingenio. Su sistema de trabajo es similar, identificando al sospechoso y poniéndole trampas para capturarlo. La aventuras de Loveday Brooke fueron serializadas en The Ludgate Monthly entre febrero y julio de 1893, y publicadas en forma de libro en 1894. Se puede considerar como la primera colección de historias de detectives protagonizada una heroína femenina y creada por una autora, en un momento en que la mayoría de los protagonistas fueron hombres escritos por hombres.