Fue un primero de agosto, hace ya tres años. El proyecto estaba pronto desde hacía meses pero tardamos en animarnos. Mantener vivo de contenidos un espacio web no iba a ser tan sencillo con la losa de dos agendas abultadas. Con mucha ilusión y cierto pudor dimos el salto dando a conocer nuestro pequeño proyecto desde la distancia. En aquel momento estábamos disfrutando de nuestros últimos días de vacaciones en El Puerto de Santa María tras un más que disfrutable recorrido por Barcelona, Atenas y algunas de las maravillosas islas griegas esparcidas por el Egeo -a las que siempre soñamos volver-.
Con un fondo de armario de varios artículos re-editados establecimos las máximas. Debíamos publicar dos artículos a la semana y un ADN -esa suerte de ping pong que nos permite conocer a un personaje destacado-. Los contenidos saldrían lunes, miércoles y viernes. Jaime escribió el primer artículo: “A la César lo que es del César” sobre la popular ensalada y las infinitas versiones que encontramos a lo largo y ancho del país, generalmente remakes personales que se alejan de la receta original. Yo me encargué de escribir el segundo, sobre la historia de Masterchef, en aquel entonces un programa a punto de desembarcar en Uruguay, cuyo origen televisivo, datado en la década del 90, es desconocido por la mayoría de los televidentes. Nuestro primer ADN fue el de Mónica Bottero, entonces directora de la revista Galería.
A las pocas semanas recibimos la llamada de Sylvana Cabrera desde Sin Pretensiones, quien con suma gentileza se incorporó al proyecto por el mero placer de aportar desde las pasiones compartidas. A mi hermano Dani, con la confianza despreocupada de lo familiar, le robamos pidiendo permiso varios de sus cuadros para ilustrar nuestra primera página artesanal, hecha con mucha dedicación y enorme desconocimiento gráfico e informático.
Con la incorporación de Sylvana y otros colegas que se arrimaron, a los pocos meses de nacer ya teníamos cinco contenidos a la semana -de lunes a viernes-. Nuestra premisa era clara: contenidos de calidad y de cuidada redacción con la cultura, la gastronomía y el viaje como ejes temáticos. Fuimos ampliando secciones incorporando el vino (Entre copas), los relatos (Cocina de cuentos), Pensamiento crítico y El porqué de las cosas. El plantel de colaboradores se fue expandiendo como un estómago hambriento. Llegaron Juan Antonio Varese, Eduardo Lanza, Joaquín DHoldán, Daniel Pérez Acosta, Antonio Pippo y entre otros destacados, Priscilla Guinovart y su pluma privilegiada desde París. Alejandro Gamero, Miguel Barrero, Jose Antonio Flores y Manuel Losa, cedieron generosamente sus escritos para ser publicados en nuestra web y acordamos integrar un contenido semanal en El Observador.
Los años, el peso acumulado en más de 700 contenidos y lo rudimentario de nuestra página inicial, indicaban la necesidad de profesionalizar el espacio. Ahí entró en escena Silvia Rosello, quien supo entender nuestras necesidades y la esencia estética y gráfica de nuestro proyecto. Así fue como el pasado Abril, tras la semana del turismo (o santa), renacimos con nueva imagen en una versión más dinámica, atractiva y ágil.
Lo que queda de año será determinante para la puesta en marcha de nuevos tentáculos vinculados a Delicatessen.uy con los que esperamos sorprenderlos. Es imposible pensar en todo este recorrido sin nuestros colaboradores -tanto esporádicos como permanentes- y sin nuestros fieles lectores, que con su permanente impulso e interactuación han traccionado y motivado, semana a semana, estos tres años de vida que esperamos se multipliquen de forma permanente. Hoy despertaremos del letargo a ese vino dormido que espera ser descorchado para brindar a vuestra salud por este nuevo y tercer aniversario.