Nena, tu sabes que es cierto | Joaquín DHoldán

Mi hija había cumplido 18 años y era el momento de contarle aquella historia. Lo supe mientras revolvía el azúcar de mi café, mientras sonaba de fondo el ruido del bar “Múnich”, en la calle Grecia, en pleno centro del Cerro. Ella esperaba con paciencia. En eso también se parece a mí. Debe haber sido una tortura para su madre. Vivir con una versión femenina de tu ex, que día a día se parece más, física y mentalmente. Por eso siempre supe que este día llegaría. Ella merecía que le contara la verdad. La que nadie sabía. La que nunca había contado porque era algo absurda. Me tomé el café de un sorbo y comencé:

– Era un buen marido. Había sido un buen novio. Luego de terminar “administración de empresas”, empecé a trabajar con mi suegro, tu abuelo, conocí a tu mamá. La boda, la casa, el trabajo. Me da un poco de vergüenza porque es una historia que ya escuché otras veces, ¿sabes? La del tipo que rompe con todo porque se deprime. Pero espero poder… mirá te sigo contado…está bien… sin excusas. El caso es que tenías tres meses y poco y casi no dormías. Llorabas mucho, a veces iba a trabajar sin dormir. Tu mamá empezó con las pastillas. Una noche, estabas fatal, llorabas a los gritos y sucedió algo raro. Fui contigo al salón y puse la tele. Y te quedaste callada, despierta, pero no llorabas, la luz supongo, o la música. El caso es que me puse a ver lo que daban. Serían las dos de la mañana. Habíamos puesto Tv cable pero apenas la veía. En el canal MTV empezó “Behind the music”, contaban biografías de músicos o grupos. Comenzaron a dar la historia de “Milli Vanilli”. Me hipnotizó porque fue el último grupo que asocio a mi juventud, a mi soltería. ¿Sabes que de soltero siempre usaba bandanas en la cabeza o los jeans rajados en las piernas? Era por ellos. Los tipos habían protagonizado un fraude porque se supo que no cantaba ellos, eran otros. Pero ahí lo contaban bien. El caso fue que eran los bailarines de Sabrina, una italiana…

Hice una pausa. Me cortó recordar episodios de masturbación con un poster de Sabrina y su escote. Me puse colorado. Y seguí:

-Eran dos negros muy guapos, con terribles cuerpos. Uno con ojos azules. Yo creí que eran americanos, pero eran alemanes. Usaban melenas con rastas, todo muy moderno, muy “cool”. ¿Ya no se dice “cool”? Por lo visto un productor alemán los vio y usó su imagen con temas de otros, también negros pero feos. Los tipos ganaron “grammys”, se hicieron hiper famosos. Todo era mentira pero ellos estaban en lo más alto. Recuerdo los videoclips. Todavía tengo el vinilo de su álbum. Lo curioso es que ellos no cantaban mal, y le sugirieron al productor empezar a grabar ellos, pero el tipo no quiso. Pasaron un episodio increíble, en un gran concierto lleno de gente, saltó el disco y el negro de ojos azules, Rob Pilatus se llamaba, salió corriendo. El otro se llamaba Fabrice, no recuerdo el apellido. Entonces pensaron “Bueno, ya se supo”, pero a la gente no le importó. Habrán pensado que el play back era ese día, o que lo hacían por comodidad y no porque las voces eran de otros. Fue el productor que un día hizo una rueda de prensa y contó todo. Tuvieron que devolver el Grammy, creo que ganaron dos, grupo revelación y mejor álbum…creo… Después grabaron el tema, hasta hicieron una publicidad para un chicle donde hacían un playback en broma… todo muy bizarro. El productor, el que inventó todo, siguió su vida lo más tranquilo. Ellos en esos años habían generado una fortuna que él les iba gestionando y gastando, y como era previsible, se vieron sin nada. Salió un álbum con los negros feos “The real Milli vanilli”, que no vendió nada. La gente no quiere mentiras, ni tampoco la verdad. Hasta ahí, la historia era divertida. El caso es que al final contaron que el año anterior a la filmación del documental, Rob Pilatus se suicidó, apareció muerto por sobredosis. Lo dijeron al final. Antes habían contado que estuvo detenido un par de veces y que el productor había pagado su fianza, se había reivindicado un poco. Parece que había dicho que era homosexual. O eso lo escuché después, no recuerdo. El caso es que al final ponen “En memoria de Rob Pilauts”, el tipo al que yo quería parecerme. Quedé impactado. ¿Sabes cómo se llamó su gran hit? “Nena, tú sabes que es cierto” (Girl, you know is true”… era curioso no, una mentira con un título así… Al otro día de mañana no fui a trabajar. Cuando era joven, si, todavía era joven, pero digo, soltero, no era padre, estudiaba y vivía con mis padres, salía con una chica de un barrio cercano, del Prado. Lo había dejado porque justo conocí a tu mamá y fui a verla. No sé muy bien. Supongo que sentí que había dejado atrás mi juventud. Una crisis de identidad. Sentí que también vivía haciendo playback. Que tu abuelo era el productor y yo era uno de lo negros, el de ojos azules, el que terminó muerto por sobredosis. El que no pudo majar la frustración. Pensé que aquella muchacha podía tener la respuesta, porque ni siquiera me acordaba de los motivos por los que la había dejado. Si, es una buena pregunta… supongo que la respuesta es no. No estaba enamorado de tu madre, o sea salíamos, teníamos sexo y quedó embarazada y todo fue fácil. El trabajo, la casa, vos, eras perfecta. Era lo único perfecto. Y si, debía ser suficiente. Pero aquella noche frente a la Tv, fascinado por esa historia, me sentí… tan solo… era eso… me sentí solo. Ojalá te pudiera decir algo mejor. Tuve miedo. Me sentí viejo y era un tipo joven, no tenía ni 30 años… Y estaba lo más lejos que uno puede estar de lo que algún día había soñado. Y la poca fuerza que me quedaba la use para ir a lo de esa muchacha. A los de su padres y estaba allí, demoró pero me abrió la puerta de su casa. Una casa linda, con jardín. Estaba en camisón. Era temprano de mañana. Se sorprendió pero me hizo pasar. Me habrá visto cara de desesperado. Me senté en un sofá. “¿Tus papás?”, era la misma pregunta que le hacía de novios. “Están de viaje”, me dijo y agregó, no sé si para neutralizar mis intenciones o para ubicarme en la realidad, para ambas cosas. “Estoy con alguien”. Y apareció un tipo más joven, o quizás de mi edad y yo lo vi más joven. En pijama. Me estiró la mano. “Alejandro” dijo. Y se sentaron los dos frente a mí. Y yo le dije… “Pasaba por acá y me acordé que me dijeron que tu papá estuvo mal de salud…y no quería dejar…” Ella sonrió, pero con lástima. Alejandro también, era como si supieran. Y al tipo no le dio celos, ni nada. Era como si me esperaran. Y también me di cuenta por su cara, sus como se rozaban, que antes de que yo llegaran estaban haciendo el amor. Conocía sus facciones en aquellos trances. Tenía el pelo un poco mojado de sudor, los labios hinchados. Y luego vi en una pared una foto de ella vestida de novia, y al lado el novio, no Alejandro, otro tipo. Les había interrumpido en plena faena y ella habrá pensado que volvían sus padres o peor, su marido se había olvidado de algo y verme le alivió. Les había vuelto el alma al cuerpo. Preferían una visita extraña y desubicada que el trance de ser descubiertos. ¿Quién sería Alejandro? Un vecino, un amigo… un amante que se me había adelantado. Me levanté y les dije que me iba y que gracias y todo igual de raro que cuando entré. Salvo que al cerrarse la puerta creía escuchar una risita cómplice, contenida. “Que susto”, habrán dicho. Y me sentí avergonzado, y ridículo. Y en vez de ser una lección pensé que no quería más mentiras, o mejor dicho que quería vivir de verdad. No un playback. Y por eso no volví a casa, ni al trabajo. Traté de buscarme la vida. Sin pedir ayuda. Yo siempre toqué bien la guitarra, y empecé a dar clases, y a hacer audiciones y a tocar en la calle. Pasé por mil etapas, me sentí egoísta, desgraciado, libre, preso. Al tiempo traté de volver pero tu madre, lógicamente, no quiso saber más nada de mí. Tuve problemas con el alcohol. Me costó salir de eso y prefería que no me vieras así. Pasaron casi 20 años. 18 para ser exactos. Ya sos mayor de edad. Y yo estoy aquí, con 47 años. Viviendo en una pieza alquilada de una casa vieja. Intentando conquistar a mi propia hija con la verdad, con mí pobre verdad. No te hice falta. Capaz que hasta te jodía la vida vivir al lado de un tipo inmaduro como yo. ¿Rol paterno?… Tu padre es un tipo perdido, un joven que quería ser estrella y supo tarde que lo único útil que hizo fue tener una chica bella, que apenas conoce… te pido perdón… me hubiera gustado contarte una historia mejor, más salvaje o más interesante, pero es esta, y no sé cómo mejorarla.

Miró por el cristal. No sé que habrá pensado. Hizo una mueca. Me pareció que sonreía.

-¿Cómo era que se llamaba la canción?

-Nena, tú sabes que es cierto.