Huei-neng, un sabio analfabeto | Marcelo Marchese

Huei-neng, un sabio analfabeto
Una vez más frente al fuego, ese espectáculo que adoro. Detrás, mi sombra se proyecta sobre la biblioteca. Los libros son espíritus dormidos que esperan que les den vida. Es hermoso tener a nuestras espaldas todo un orden de palabras. Sin embargo, no siempre los maestros dejaron obra escrita, como no queda en el espacio la fugacidad de un beso, y no dejaron obra escrita por la creencia de que una verdad pensada y dicha ya se lanza a la exitencia y nada puede contenerla.

Así como algunos evitaron dejar obra escrita, Buda, Pitágoras, Sócrates, hubo también maestros analfabetos como Jesucristo, Mahoma, Ramakrishna y Huei-neng.

Huei-neng cortaba leña cuando escuchó recitar el Sutra del Diamante y entonces, de súbito, alcanzó la revelación. Supo que el hombre que recitó el Sutra del Diamante habitaba en el monasterio del quinto patriarca y decidió pedir asilo. Allí se le asignó la tarea de moler arroz.

Un día, el quinto patriarca, preocupado por encontrar un sucesor, pidió a sus discípulos que escribieran un poema donde mostraran su comprensión del chan. Sólo el discípulo de mayor nivel intelectual, Shen-hsiu, tomó el desafío y escribió en un muro:

Nuestro cuerpo el árbol de bodhi es
y nuestra mente un espejo puro y claro
esmérate en limpiarlo momento a momento una y otra vez,
no dejando asentarse al sarro.
Alguien leyó el poema en voz alta y al escucharlo, Huei-neng respondió:
No árbol de bodhi hay,
ni la superficie de un espejo claro,
siendo todo vacuidad,
¿dónde, pues, se asienta el sarro?

Un discípulo que oyó el poema, lo escribió en una pared y cuando el quinto patriarca lo hubo leído, descubrió que Huei-neng había alcanzado la esencia de la mente y en secreto lo designó el sexto patriarca, mas, para guardarlo del encono, habida cuenta de su origen humilde, le pidió que se ocultara.

Transcurrieron quince años de exilio y una tarde, Huei-neng escuchó a dos monjes discutir acerca de una bandera que ondeaba al viento: “Es la bandera la que se mueve”. “No, es el viento el que se mueve”.

Huei-neng contestó “Lo que se mueve es la mente”.

En el norte floreció la escuela del despertar gradual, cuyo maestro fue Shen-hsiu. En el sur floreció la escuela del despertar súbito, cuyo maestro era Huei-neng y estas escuelas rivalizaban, entonces Huei-neng habló y dijo: con respecto al despertar gradual y súbito, sólo hay un Dharma, pero existe diversa disposición mental de los discípulos.

Al término de su vida, Huei-neng recitó el himno de El Buda real de la esencia de la mente:

La esencia de la mente o tathata (tal y como es) es el verdadero Buda.
Las opiniones heréticas y los tres elementos venenosos son Mara.
Iluminado por la visión correcta, invocamos al Buda que hay en nuestro interior.
Cuando los tres elementos venenosos dominan a nuestra naturaleza
se dice que estamos poseídos por Mara,
pero cuando la visión correcta elimine de nuestra mente esos elementos venenosos
Mara se transformará en un verdadero Buda…
Cuando nuestro temperamento sea tal que dejemos de ser esclavos de los objetos de los cinco sentidos y percibamos con claridad la esencia de la mente,
aunque sólo sea por un momento, entonces conoceremos la verdad…
Así, he dejado ya a la posteridad la enseñanza del despertar repentino
para la salvación de todos los seres sensibles que se interesen por practicarla.
¡Escúchenme, futuros discípulos!
Si ustedes la menospreciaran y decidieran no ponerla en práctica,
habrán malgastado su tiempo de triste manera.

En su sabiduría, Huei-neng revela que los elementos venenosos se transformarán en verdad, pues todo concurre a lo mismo.

Hay una línea directa entre el maestro Huei-neng: “Cuando nuestro temperamento sea tal que dejemos de ser esclavos de los objetos de los cinco sentidos y percibamos con claridad la esencia de la mente” con el maestro William Blake: “Si las puertas de la percepción se purificasen, cada cosa aparecería al hombre tal como es, infinita”.

 

  • Marcelo Marchese es docente, ensayista, editor y librero. Amigo confeso de Delicatessen.uy