El dibujante Hermenegildo «Menchi» Sábat, reconocido por sus dibujos políticos en Clarín, falleció anoche mientras dormía. Tenía 85 años, había nacido en 1933 en Montevideo. Llegó a Buenos Aires en 1965 Trabajó en el diario Acción y El País en nuestro país y en Primera Plana, La Opinión, Crisis y Clarín. Durante su enorme trayectoria recibió premios internacionales destacados, como el Moors Cabot de la Universidad de Columbia, por sus dibujos durante la dictadura militar, y el de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), que le entregó en mano el Nobel de Literatura Gabriel García Márquez. Es autor de veintiseis libros. El año pasado, además, le fue otorgado el Konex de Brillante por su trayectoria. «Espero que estas cosas ayuden a otros a trabajar con ilusión», dijo en esa oportunidad, emocionado hasta las lágrimas, y rodeado por sus compañeros de trabajo, que luego hicieron fila para abrazarlo. Era amante del jazz, del chocolate y del tango. Y le gustaba coleccionar titulares graciosos, muchos de ellos los publicó en su revista Sección Aurea.
Delicatessen.uy lo homenajea con dos notas publicadas en el Cultural de El País, sobre alguno de sus libros de caricaturas.
Resucitó Piazzolla
Quienes visiten la estación Lima del subte de Buenos Aires, en el barrio de Monserrat, sobre Avenida de Mayo se encontrarán con tres murales que homenajean a grandes figuras del tango. Uno de ellos, con un colorido bandoneón enorme, recuerda al músico Astor Piazzolla (1921-1992). El autor de las obras es el caricaturista uruguayo Hermenegildo “Menchi” Sábat. Aunque se conocieron, Sábat y Piazzolla no fueron amigos. Ambos compartieron proyectos comunes: Menchi es el autor de la tapa del disco de Piazzolla y Horacio Ferrer de la ópera-tango “María de Buenos Aires” (1968) mientras que Astor escribió el prólogo al libro de Sábat sobre Gardel “Al troesma con cariño” (1978).
Hace muchos años que Sábat se dedica a realizar lo que denomina “interpretaciones gráficas” sobre individuos a los que admira. Así fue que aparecieron los libros sobre Jorge Luis Borges, Aníbal Troilo, Bix Beiderbecke, Toulouse Lautrec, Carlos Gardel, Django Reinhardt, Charlie Parker y Fernando Pessoa. La nueva interpretación gráfica, que acaba de ser publicada, es sobre Astor Piazzolla lleva el título Que no se entere Piazzolla. Contribución a la iconografía apócrifa del gran músico.
La figura del músico siempre interesó a Sábat, que comentó en una entrevista que “el señor Piazzolla, nativo de Mar del Plata, se cría en Nueva York, vuelve y crea una música que es la música de Buenos Aires. Si es tango o música clásica me importa tres pepinos. Pero acá se subestimó al tango y a Piazzolla, como en alguna medida se subestima a Borges y a Cortázar. Y son de algún modo tres íconos insustituibles de esta ciudad. Lo que me llama mucho la atención es la forma de representar Buenos Aires de tres tipos que no pasaron acá su infancia. Son tres tipos que le han hecho un homenaje a Buenos Aires sin haber vivido su infancia acá.” Para Sábat, Piazzolla fue “la oreja que descubrió Buenos Aires”. Sin embargo el bandoneonista tuvo que defenderse muchas veces: “estoy harto de que todo el mundo me diga que lo mío no es tango. Como estoy cansado, les digo que, bueno, que lo mío, si quieren, es música de Buenos Aires. Pero la música de Buenos Aires, ¿cómo se llama?: tango. Entonces lo mío es tango”.
DIBUJOS Y ALMAS El prólogo del libro está escrito por el integrante de la Academia Nacional del Tango Hipólito Jesús Paz. Sobre Sábat, dice que “en sus mágicos retratos se exalta – para mí – en este caso, la vocación de Piazzolla como autor y como intérprete. Y ¿qué es la vocación? La vocación es un llamado y es un camino. Un llamado que no se puede desoír porque renunciar a él es renunciar a ser. A ser lo que se debe ser. Es darse muerte para entregarse a morir una vida que no vale la pena de ser vivida. Es ejercitar el heroísmo de cada minuto que opone a las tentaciones de una claudicación fácil, la grandeza de un destino difícil. Eso, no lo ignoraba Piazzolla y por cierto ¡bien que lo sabe Hermenegildo Sábat! de lo cual dan prueba cada una de sus creaciones que los años van enriqueciendo…». Paz agrega que “una mirada es mucho más elocuente que un discurso; y en el caso de Astor lo es aún más, pues la expresión que con su arte el autor ha impregnado a sus ojos es inolvidable. Sábat es un osado explorador del alma. Llega hasta lo más profundo de ella que a veces está llena de luz y de gracia y otras oculta tras el misterio. Se ha dicho que la cara es el espejo del alma. Pienso que no es así. La cara es el alma. Y Hermenegildo Sábat, maestro ejemplar, es un dibujante de almas.”
“Que no se entere Piazzolla” no es una biografía, o en todo caso, pretende ser una biografía imaginada, con textos como mojones, con testimonios que surgen de fuentes dudosamente calificadas y donde cada dibujo es un momento en la vida de “El Gato”, como se apodó al músico marplatense. “La parte del texto me cuesta mucho más, para mí lo primero siempre es el dibujo. Yo fui haciendo todos estos dibujos pensando en historias. Pero como no pretendo contar la biografía, tomo anécdotas y las mezclo. Son cosas que en algunos casos le escuché yo mismo a Piazzolla, otras que sé que efectivamente sucedieron. Después las atribuciones, los nombres inventados, son formas de divertirme mientras lo hago. En el fondo, los textos los pongo junto a los dibujos para que no quede una página en blanco”, confesó Sábat a la revista Ñ.
En cada dibujo, Piazzolla revive. Parece que “El Gato” tuviera más de siete vidas, donde lo que manda es el color y la composición de cada obra. Y artista del bandoneón no resucita solo: lo acompañan sus padres, Aníbal Toilo, Carlos Gardel, Diego Rivera, entre otros personajes. Para Sábat, la obra de Piazzolla tiene cada vez más relevancia. “Esto es un homenaje a un hombre realmente notable”, afirmó el caricaturista. “Con Piazzolla me tomé mucho tiempo por una cuestión de respeto y porque no soy buscalíos. Piazzolla era un hombre que sufrió mucho porque no era que navegaba contra la corriente, era un hombre diferente. Traté de enfatizar las contribuciones importantes de él como músico.“
A diferencia de su trabajo periodístico como caricaturista donde es famoso su estilo sin palabras, en sus libros Sábat, además de dibujar, incluye comentarios y digresiones de a modo de comentarios biográficos. Sin embargo no hay que creer todo lo que se ve, ni todo lo que se lee. Y esto es parte del mérito del libro: los dibujos son el resultado de la creatividad infinita del artista, aunque no importe que los textos sean de dudoso rigor histórico.
QUE NO SE ENTERE PIAZZOLLA. Contribución a la iconografía apócrifa del gran músico. Hermenegildo Sábat. Buenos Aires. Edición de la Universidad de Quilmes y el Fondo de Cultura Económica. 96 páginas. Publicado en «El País Cultural» el 5 de setiembre de 2008
Dibujar a un hombre solo
Si Ud. deja crecer el bigote y lo afeita con cuidado, compra gafas de carey y decide usar un sombrero de ala ancha, no olvide que caminar solo y aceptar un puesto oscuro en cualquier oficina no son condiciones necesarias y suficientes para ser poeta. Ahora, si pretende que sus obras alcancen el nivel de Fernando Pessoa, deberá ser tratado urgentemente por un neurólogo y un psiquiatra porque usted, qué pena, está totalmente loco». Así advierte desde la contratapa el caricaturista Hermenegildo Sábat a quienes adoran al poeta portugués Fernando Pessoa en su último libro de dibujos, Anónimo transparente. Como en otros libros, el caricaturista uruguayo realiza interpretaciones gráficas sobre personajes que admira. Lo hizo con Carlos Gardel (Al troesma con cariño), el músico de jazz Leon Bix Beiderbecke (Yo Bix, tu Bix, el Bix), Aníbal Troilo (Dogor), Jorge Luis Borges (Georgie Dear) y el guitarrista Django Reinhardt (Dos dedos). Y esas interpretaciones gráficas, como el propio Sábat lo informa, «han recibido insultos, amenazas y desprecios varios». Ahora incorpora a la lista a Fernando Pessoa porque «no es casual, tratándose de un solitario».
Es un libro lleno de colores, donde la acuarela, la aguada, forman las imágenes del personaje central en forma casi milagrosa. Pero como dijo el propio Pessoa, el poeta es un fingidor que finge constantemente. Entonces, cuando Sábat dibuja, no sabemos si dibuja al poeta o finge que lo dibuja a él, o si se trata de los heterónimos que también forman parte de la creación literaria del portugués. Quizás en muchos de los dibujos, donde aparecen varios rostros similares o repetidos, se vea a Alberto Caeiro, a Álvaro de Campos o a Ricardo Reis. «Pessoa creyó ser un títere incompleto capaz de vivir vidas ajenas de maneras incompletas», escribe Menchi en uno de los textos que acompañan a cada dibujo.
Pese a sus libros con fuerte acento plástico -lejos de la caricatura sobre la realidad informativa que publica en el diario Clarín-, desde 1973 Sábat se define como periodista. «Tengo casi veinticinco libros hechos, he pintado bastante, pero por más que acierte en lo que haga siempre voy a ser `el dibujante del diario`. Y yo encantado. Yo pongo `periodista` en los documentos. Lo central es no sentirse más importante que la noticia y comportarse con la mayor dignidad posible», comentó durante una entrevista reciente. En Anónimo transparente Pessoa es lo más importante, es el centro del libro: para él se unen los colores.
En la introducción, Rodolfo Alonso, dice que «como el hecho sorprendente y flagrante de que su apellido, `Pessoa`, no solo signifique `persona` en portugués, lo que ya sería suficientemente premonitorio, sino que también, a la vez, la etimología común a ambos vocablos los hace nacer en `Máscara`. De esas máscaras que son una y muchas personas, de esas máscaras que revelan y velan, que cubren y descubren, Sábat consiguió dejar nacer, como Pessoa, retratos, imágenes, espejos, imborrables y hondos, que nos siguen hablando al mismo tiempo de él y de nosotros, de autor y de lector, de espectador y artista».
A través de las casi cincuenta páginas, Sábat no solo dice a través de los dibujos. También escribe sobre Pessoa. «La mayoría, el vulgo, elige ser poeta. La Poesía eligió a Pessoa y él correspondió construyendo y conservando la marginación que dictó su obra, cargada de significados que desorientan a quienes enfrentan una vida escasa de anécdotas y deciden evitar su lectura».
Sábat logra captar la imagen del poeta y genera un vínculo con el lector que lo remite a la nostalgia, el humor, el desenfado. El Pessoa de Sábat es un personaje entrañable.
ANÓNIMO TRANSPARENTE, Una interpretación gráfica de Fernando Pessoa, por Hermenegildo Sábat. Universidad de Quilmes. Buenos Aires, 2007. Artículo publicado en «El País Cultural» el 21 de setiembre de 2007
Hermenegildo Sábat en una de sus tantas visitas a Sábado Sarandí