En Sevilla, de frente al río Guadalquivir y al antiguo muelle de las Mulas, en un hueco que sobresale del follaje puede apreciarse un busto en homenaje a Fernando de Magallanes, el capitán y marino portugués que organizó con talento y perseverancia la expedición que terminaría por descubrir el estrecho que lleva su nombre. Que llegó hasta las islas Filipinas, que luego sería colonizadas por España, donde Magallanes murió en insensata lucha contra los nativos. Parte de la expedición, a bordo de la nave Victoria y al mando de Juan Sebastián Elcano, genial vasco de Guetaria, terminó por completar la primera vuelta al mundo.
La placa conmemorativa que luce bajo el busto, cubierta por el follaje que crece desordenadamente en su entorno, hace referencia a la fecha del 10 de agosto en que la expedición partió de ese mismo lugar, rio abajo y con rumbo a Sanlúcar de Barrameda, en la desembocadura del Guadalquivir en el Atlántico.
Allí se terminaron los aprestos y el 20 de setiembre de 1519 las cinco naves de la armada partieron rumbo a su destino de descubrimiento para gloria de España el 20 de setiembre de 1519.Pronto cumpliremos los 500 años del magno acontecimiento y es de esperar que el busto de Magallanes sea rescatado del mar de arbustos que lo tapa para rendirle el justo homenaje que merece en el concierto de los hechos que cambiaron la historia del mundo.
Foto: Juan Antonio Varese