Jacinto Vera, con la cruz en el zapato | Sylvia Puentes de Oyenard
“Rostro sereno, cabellera blanca,/ ojos profundos, tierna la mirada, una sonrisa apenas insinuada/ y su figura de nobleza franca./ Tan padre y tan pastor que esta su forma/ no basta para darnos su retrato; firme en la convicción, bueno en el trato/ que escucha, que consuela, que transforma…” Así lo evoca en un soneto Ramón Cuadra Cantera, pero es difícil tarea aprisionar la carismática personalidad de Jacinto Vera en breve