Jacinto Vera, con la cruz en el zapato | Sylvia Puentes de Oyenard

“Rostro sereno, cabellera blanca,/ ojos profundos, tierna la mirada, una sonrisa apenas insinuada/ y su figura de nobleza franca./ Tan padre y tan pastor que esta su forma/ no basta para darnos su retrato; firme en la convicción, bueno en el trato/ que escucha, que consuela, que transforma…” Así lo evoca en un soneto Ramón Cuadra Cantera, pero es difícil tarea aprisionar la carismática personalidad de Jacinto Vera en breve

Día Internacional de la Mujer: reflexiones sobre mujeres y literatura | Sylvia Puentes de Oyenard

La mujer, urgida de miedos y pasiones, ha sido fuente plena y labio ciego, testigo de una sociedad que la marginó a objeto de la literatura negándole la capacidad de ser sujeto de la misma.Sin embargo, la noche abrió los ojos y aquellas pasajeras del sol y del rocío, las mujeres del período Heian, aprisionaron el arte en su si- miente y celebrando su intimidad trascendieron la vida. En el

El poeta de las manos ásperas y el corazón de miel | Sylvia Puentes de Oyenard

  Tengo las manos ásperas, pero hay pan en la mesa. Tengo las manos ásperas, pero hay luz en la casa. Tengo las manos ásperas; me honra su aspereza, porque así fueron todas las gentes de mi raza. ………………………… No me avergonzó nunca mi heredada pobreza ni me achicó tampoco la humildad de mi traza. pues si pulir un rumbo me dejó tales huellas, después de haber pulido la luz