El uruguayo y los pecados capitales | Jaime Clara
La verdad es que este país da la impresión de aceptar el pecado de la lujuria sin drama, como parte de su vida diaria, con lo que no extraña ninguna de sus posibles consecuencias.
La verdad es que este país da la impresión de aceptar el pecado de la lujuria sin drama, como parte de su vida diaria, con lo que no extraña ninguna de sus posibles consecuencias.