Un tributo a Oscar Wilde | Pedro Ortega
Es sinónimo de ingenio, literatura, buen gusto y excentricidad. Todos sus apelativos pueden reunirse en uno solo: Oscar Wilde fue un genio sin ambages.
Es sinónimo de ingenio, literatura, buen gusto y excentricidad. Todos sus apelativos pueden reunirse en uno solo: Oscar Wilde fue un genio sin ambages.
La actual es una sociedad que niega la muerte y hace una apología de la eterna juventud. Lo que no es suave, liso y agradable a los ojos produce inquietud y resquemor. En el mundo del “me gusta” no se admiten ni fisuras ni grietas. El arte se ocupa de expresar lo contrario.
«Todos los hombres matan lo que aman», escribió con la amargura de un dandy desengañado y el recuerdo de su compañero de celda, ajusticiado con solo 30 años.
Vivid y dejad vivir y no acuséis a Jesucristo, como lo acusasteis, de amigo de las prostitutas, ni a mí me acuséis de amigo de los criminales pues ¿no fue el gran Thomas de Quincey quien escribió esa maravilla llamada «Del asesinato considerado como una de las Bellas Artes»?