Sushi Manolas | Jaime Clara

Ante tanta belleza arquitectónica, un admirable jardín francés y una rica historia montevideana, llama la atención que, como una patada en el hígado al armónico entorno, el entonces intendente de Montevideo, Mariano Arana, hubiera autorizado la creación de un jardín japonés. Justo Arana, adalid de la defensa de la identidad de la ciudad; esa ciudad que Arana definió como «sin memoria», en un recordado audiovisual de la década del 80, del Centro de Estudios Urbanos.