Horacio Quiroga, el gafe de la literatura | Alejandro Gamero
Su muerte no impidió que se siguieran produciendo desgracias entre aquellos que lo conocieron y quisieron en vida. Muchos de sus amigos acabaron de la misma manera que el propio Quiroga. Sobre su suicidio su amigo y escritor Leopoldo Lugones dijo: «se mató como una sirvienta».