La ternura del dragón | Alva Sueiras

En esta casa gobierna un fuego feroz arrojado por un dragón que se escurre y se esconde con sigilo entre los hierros. Las manos sabias y tiernas transforman el producto en audaz alimento. Estamos en la Cantina del Vigía, frente a la torre que antaño vigilaba con su ojo panorámico el estado de situación de la bahía.