El emigrante peregrino | Manuel Losa Rocha
Ahora con Alfonso era algo diferente, un joven estudiante universitario preparado para escucharle. Sabía que tenía enfrente a un interlocutor que se habría de interesar en su historia.
Galicia
Ahora con Alfonso era algo diferente, un joven estudiante universitario preparado para escucharle. Sabía que tenía enfrente a un interlocutor que se habría de interesar en su historia.
En el muelle había una barrera de guardias de la Marina que no dejaban acercarse a nadie mientras bajábamos. Luego pasamos al edificio de Aduana donde primero nos controlaban los documentos y después pasábamos a retirar las maletas,
En Montevideo hay una calle y una plaza en su honor. En El Tala hay un monumento y un parque en su memoria y la que fue su casa será museo y taller de artes y oficios rurales, merced a un convenio de autoridades de Galicia con la Intendencia de Canelones.
En junio de 2009, a mi regreso de Santiago de Compostela, con gran impaciencia lo primero que hice fue dirigirme al taller de Isidoro para comentarle que su historia estaba incluida en un libro publicado en idioma gallego primero, después se publicaría también en castellano.
Quizás la mente se libere demasiado y empujada por los sentimientos comience a buscar con ansias «cosas» del pasado. Si le damos libre albedrío, habrá que estar preparado porque, así como ocurre con la meditación, si profundizamos demasiado, quizás las «casualidades» comienzan a converger y entonces… ¡lo inesperado puede llegar a suceder!
Acorde a una promesa, al comienzo pensé nada más que en un pequeño escrito de varias páginas para expresar mi sentimiento y sensaciones que se produjeron después del encuentro sorpresivo con mis compañeros de la Escuela de los Hermanos pasados nada menos que, ¡once lustros!
Otro caso atípico de emigrantes gallegos, el de los hermanos Ángel y Manuel Rodiño, que no integraron el rubro de la gastronomía u hostelería. Bbuscaron su porvenir en el ramo de la industria y mecánica naval.
Cuando llegó a Uruguay, Consuelo solo hablaba en gallego, su lengua natural. Tenía vergüenza y temor de que se riesen de ella cuando hablara, de hecho así ocurrió algunas veces, entonces optó por el silencio absoluto y no hablaba con nadie, salvo con su tía y sus primas
El 15 de septiembre de 1934 vi la luz en Covas do Río, parroquia de Zarracós, municipio ourensano de A Merca. A mis diez años de edad toda nuestra numerosa familia se trasladó a Vilanova dos Infantes. Allí conseguimos lugar como caseros y trabajamos las tierras de don Pepe. La escuela estaba muy cercana, pero la concurrencia era mínima. Las tareas del campo que me tocaba cumplir ocupaban todo mi
«El sueño de todo emigrante, regresar a su lugar de origen con toda la familia. Algunos lo logran aunque sea una vez en su vida. En 1968 volvemos los cuatro de la familia a España durante tres meses. A mi regreso, mi socio prácticamente había fundido todo. En 1974 compré su parte y quedé solo.
Al escuchar aquellos versos de Rosalía de Castro, de labios deMarcelina Calderón, exploté en sollozos y jamás hice el intento de olvidar. Y, tan fuerte fue la recuperación del arraigo que… Es muy poco el tiempo que puedo permanecer en Galicia cuando regreso, pero siempre “me la traigo conmigo.”
A veces me pongo a meditar en la casa de Parañes. El medio de vida de mi padre y toda la familia dependía de un camión, pero en la comarca viguesa y más allá, el trabajo era muy escaso en aquel tiempo…
Tengo la más alta consideración por el jamón crudo español —serrano o ibérico—, casi tan buenos como los que hacía mi padre hace medio siglo ya: un proceso artesanal de salado y curado que demanda varios meses. En Uruguay el jamón crudo, ahumado o no, es escaso y caro; en España es cosa accesible y cotidiana, pues se producen más cerdos que vacunos por la falta de espacio y de praderas. Entonces en el Camino de Santiago comí jamón cada día, hasta que mis labios se cuartearon.
Atravesamos bosques de robles y castaños, metimos la mano en el agua fría y cristalina de los cursos de agua, probamos las hojas de grelos y coles plantados en huertas familiares a los bordes de nuestra senda.
El artista juega con la imagen femenina rompiendo irónicamente con los cánones tiranos del modelo de belleza contemporáneo, deformando y agregando una serie de complementos imposibles que rozan lo surrealista, con resultados estéticos divertidos y bellos, entrañables, desinhibidos y cercanos.
«lo que hoy le da más sentido a su prosa es un humorismo tácito, una ironía tierna que no quiere profundizar más en la llaga, una gracia culta de romano ilustre que se retira a su quinta con más libros que conejos».
A Quinta da Auga, antiguo conjunto industrial del S. XVIII, fue inicialmente una fábrica de papel, reconvertida posteriormente en fábrica de paños de lana, aserradero y fábrica de hielo hasta convertirse en el actual hotel boutique de encanto sublime que disfrutamos hoy. El conjunto restaurado en 2003 está compuesto por un embalse, un canal de 600 metros, un acueducto, canales de agua en cantería que cruzan los patios exteriores, un gran depósito de piedra de 360.000 litros, un café, un restaurante y el edificio principal de cinco plantas que alberga hermosos salones y rincones para estar, habitaciones para huéspedes y un spa soberbio.