Gallegos en Uruguay: «El viejo Pancho» | Manuel Losa Rocha

En Montevideo hay una calle y una plaza en su honor. En El Tala hay un monumento y un parque en su memoria y la que fue su casa será museo y taller de artes y oficios rurales, merced a un convenio de autoridades de Galicia con la Intendencia de Canelones.

Isidoro García

Isidoro Manuel García García, ilustre desconocido y desconocedor | Manuel Losa Rocha

En junio de 2009, a mi regreso de Santiago de Compostela, con gran impaciencia lo primero que hice fue dirigirme al taller de Isidoro para comentarle que su historia estaba incluida en un libro publicado en idioma gallego primero, después se publicaría también en castellano.

Plaza de la Quintana y Torre de La Berenguela

La jaula de oro | Manuel Losa Rocha

Quizás la mente se libere demasiado y empujada por los sentimientos comience a buscar con ansias «cosas» del pasado. Si le damos libre albedrío, habrá que estar preparado porque, así como ocurre con la meditación, si profundizamos demasiado, quizás las «casualidades» comienzan a converger y entonces… ¡lo inesperado puede llegar a suceder!

Eliseo Rivero

Gallegos en Uruguay: Eliseo Rivero Freire | Manuel Losa Rocha

El 15 de septiembre de 1934 vi la luz en Covas do Río, parroquia de Zarracós, municipio ourensano de A Merca. A mis diez años de edad toda nuestra numerosa familia se trasladó a Vilanova dos Infantes. Allí conseguimos lugar como caseros y trabajamos las tierras de don Pepe. La escuela estaba muy cercana, pero la concurrencia era mínima. Las tareas del campo que me tocaba cumplir ocupaban todo mi

El amor a la comida es un amor sincero | Miguel Arregui

Tengo la más alta consideración por el jamón crudo español —serrano o ibérico—, casi tan buenos como los que hacía mi padre hace medio siglo ya: un proceso artesanal de salado y curado que demanda varios meses. En Uruguay el jamón crudo, ahumado o no, es escaso y caro; en España es cosa accesible y cotidiana, pues se producen más cerdos que vacunos por la falta de espacio y de praderas. Entonces en el Camino de Santiago comí jamón cada día, hasta que mis labios se cuartearon.

Un reducto de paz en los montes gallegos | Alva Sueiras

A Quinta da Auga, antiguo conjunto industrial del S. XVIII, fue inicialmente una fábrica de papel, reconvertida posteriormente en fábrica de paños de lana, aserradero y fábrica de hielo hasta convertirse en el actual hotel boutique de encanto sublime que disfrutamos hoy. El conjunto restaurado en 2003 está compuesto por un embalse, un canal de 600 metros, un acueducto, canales de agua en cantería que cruzan los patios exteriores, un gran depósito de piedra de 360.000 litros, un café, un restaurante y el edificio principal de cinco plantas que alberga hermosos salones y rincones para estar, habitaciones para huéspedes y un spa soberbio.