
La vida no es fácil, pero hay personas que ayudan a que sea sencilla. Hay otras que no. Esta nota es un agradecimiento para las que sí. Son las personas que la escritora Marian Rojas Estapé define como personas vitamina. Su libro, titulado ‘Encuentra tu persona vitamina’ y subtitulado ‘En la familia, en la pareja, en los amigos, en el trabajo’, ha sido uno de los grandes éxitos de la Diada de Sant Jordi de este año, y la sinopsis se pregunta ¿por qué hay personas que nos generan confianza y cuya sola presencia nos reconforta? La autora desarrolla la oxitocina, la hormona de la felicidad, en un libro que te impulsa a encontrar personas vitamina, aquellas que sacan lo mejor de ti, te inspiran, te apoyan y con ello mejoran tu sistema inmune.
En el hemisferio norte acaba de finalizar el curso académico. A lo largo del año se suceden las clases, las entregas de trabajos, las presentaciones, los exámenes, las investigaciones, los seminarios y una lista de tareas que representan una variedad de momentos solitarios y compartidos. Enseñar es aprender y el entorno cambiante en el que nos movemos nos obliga muchas veces a reaprender, porque la forma de aprender actual es muy diferente a la de tan solo hace unos pocos años. En estos procesos de aprendizaje y transferencia de conocimiento establecemos un diálogo constante con nuestros interlocutores y la información fluye, a veces de forma ordenada y a veces de forma desordenada, según el equilibrio entre el caos y el orden de cada persona. Hay personas que les gusta un caos ordenado y otras un orden caótico. Hay otras que no les gusta el caos, o el orden.
Estos diálogos son a la vez de diferente naturaleza, donde participamos más o menos y donde podemos ser anfitriones o invitados, teniendo diferentes roles en la gestión de la comunicación. La iniciativa y la motivación, la ilusión y el optimismo, aunque suene tópico, son factores clave a la hora de proyectar lo que somos y de percibir lo que los otros son. Hay personas que ayudan e inspiran, a veces de una forma natural. No son muchas, pero a todos se nos vienen algunas a la cabeza. Son las personas vitamina que hablaba en el primer párrafo de la nota. El compartir las tareas antes mencionadas con ellas no solo influye el proceso de la tarea, sino el saber hacer de uno mismo, y retroalimenta un diálogo que se enriquece y te enriquece de forma exponencial.
La vida está formada de equipos que guían el día a día, en el ámbito familiar, el social o el laboral, entre otros, y todos estos pequeños grandes equipos son el motor de nuestra personalidad (entendida como el conjunto de rasgos y cualidades que configuran la manera de ser de una persona, que no son estáticos y que la diferencian de las demás), y a la vez de su personalidad, que en momentos únicos bailan al mismo compás y demuestran la sencillez que convierte lo ordinario en extraordinario. Por eso, desde estas líneas, agradecer a todas las personas que inspiran, me inspiran, te inspiran, nos inspiran, os inspiran, porque hacen que la vida sea un poco más sencilla, que la vida esté llena de una vitamina emocional que es una fuente de inspiración.