Dos pimientos | Francesc Fusté-Forné

Dos Pebrots, bon dia – responden el teléfono cuando llamas para realizar una reserva.

En el número 19 de la calle Doctor Dou del barrio barcelonés del Raval se ubica el restaurante Dos Pebrots, el equivalente a ‘Dos pimientos’ en catalán. El restaurante está en los bajos de lo que fue un almacén de papel. Este proyecto gastronómico está liderado por el chef Albert Raurich, que fue jefe de cocina del restaurante El Bulli de Ferran Adrià y que actualmente disfruta una estrella Michelin con su restaurante Dos Palillos, también ubicado en el Raval de la capital catalana.

A través de un formato de tapas y la idea de compartir, la propuesta es un homenaje a la gastronomía mediterránea tanto a nivel geográfico, incluyendo las tradiciones culinarias de las culturas que han influenciado y han sido influenciadas por el Mar Mediterráneo, como a nivel histórico, es decir, desde la época romana y el uso de elaboraciones como el garum. El discurso del restaurante parte del objetivo de revisar, contextualizar y reinterpretar los orígenes de la mediterránea a través de las cocinas de las diferentes civilizaciones. El servicio empieza precisamente con esta narrativa:

– Bienvenidos a una pequeña experiencia por el origen de la gastronomía en el Mediterráneo: sur de Europa, norte de África y oeste de Asia.

La carta es reducida, pero los platos cumplen la promesa de recorrer la geografía y la historia del Mar Mediterráneo. La carta presenta cuatro tipos de tapas que se complementan con las sugerencias del día: para empezar, nuestros pequeños arroces y pastas, para terminar y postres. En los postres, el restaurante va un poco más allá en esta actitud divertida y añade postres y lo que surja. Cada tapa incluye su nombre como elaboración final (por ejemplo, calamar a feira), los productos principales (calamar, pimiento rojo y aceite de oliva) y una descripción del origen de la elaboración como las que se mencionan a continuación.

Entre las tapas más destacadas se encuentran los puerros ancestrales conservados en cerveza, presentes en el Antiguo Egipto y las verduras sott’olio, una técnica de conservación de origen italiano que consiste en sumergir alimentos en aceite de oliva, en este caso verduras de distinta índole presentadas como un abanico de colores de temporada. Uno de los platos más representativos del contexto marinero y marítimo de la región mediterránea es la tabla de pescados curados y salazones, que es una simple curación del producto en sal, una de las elaboraciones más antiguas que se remonta al año 2000 a.C. La tabla incluye atún, bacalao, caballa, lubina y salmón, que evocan un intenso sabor a mar.

El kebab es otro de los platos estrella del restaurante. La carne de cordero se sirve en el centro de la mesa, dentro de la cazuela, con la cebolla, los pimientos y el tomate, cada uno en su espacio. A un lado, la salsa de yogurt. Al otro, el pan de pita. Tú mismo participas en la elaboración de este plato, construyendo el que se considera el primer bocadillo de la historia, original de la Antigua Persia. Tú mismo participas también en la importancia de compartir el plato, no solo los ingredientes de forma física sino también su combinación de forma simbólica. Cada comensal con su pita acaba construyendo su propio kebab, con más o menos salsa, más o menos picante.

En este recorrido por el mediterráneo no podrían faltar los postres. Entre las tapas dulces, la torrija es la recomendada por el servicio. En este caso acompañada de fresas que decoran un helado de leche de cabra. El dulce de la torrija se acentúa con la presencia de dos elementos vinculados al origen de la gastronomía, la naturaleza, a través de la fruta y la leche, dos productos claves en la definición y la evolución de la dieta mediterránea que hace una década fue incluida por la UNESCO en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.