Madalenería | Francesc Fusté-Forné

Las madalenas, o magdalenas, son, de acuerdo con la Real Academia de la Lengua Española, bollos pequeños hechos y presentados en moldes de papel rizado, y con los mismos ingredientes que el bizcocho, que a su vez es definido como un dulce blando y esponjoso, hecho a partir de harina, huevos y azúcar, que se cuece en el horno, y a cuya elaboración se pueden añadir otros ingredientes para obtener el sabor que queramos. La palabra madalena proviene del francés madeleine y el origen de su nombre se atribuye a la cocinera francesa Madeleine Paulmier. Si revisamos, pues, la definición de madalena que realiza Larousse, esta es un pequeño bizcocho en forma de concha abovedada, elaborado con una masa a base de huevos batidos, azúcar, harina, mantequilla derretida, aromatizado con limón o azahar. De hecho, esta definición, que habla de la forma de ‘concha’ lleva a otra versión sobre su posible origen, que sería en este caso español, y se atribuye a la venta de estos bizcochos a semejanza de las conchas de los peregrinos en el Camino de Santiago, quienes la habrían popularizado a lo largo de la ruta hasta Santiago de Compostela.

Las madalenas son tradicionales en ambos países, España y Francia, así como en otros países alrededor del mundo. Panaderías y pastelerías suelen ofrecer madalenas de manera habitual, y estas se encuentran también en bares y buffets de establecimientos hoteleros. Las madalenas naturales y las de chocolate son las más generalizadas, junto con las de crema, pero menos común es encontrar en una misma tienda más de 20 variedades de madalenas. Madalenas de almendras, arándanos, chocolate, crema, fresas, limón, manzana, melocotón, naranja, pasas o nueces. La creatividad es uno de los valores de este alimento horneado. En la comarca de la Garrotxa, en la provincia de Girona, en el noreste de Catalunya, se encuentra una madalenería. Sus madalenas destacan por su sabor y por su tamaño, y por su molde de papel de cuatro puntas. Se comercializan, también a modo de souvenir, en cajas de seis unidades que se pueden combinar al gusto de cada persona. Es la madalenería Cal Tuset, que en la actualidad dispone de cuatro establecimientos en los municipios de Besalú, Peratallada y Vic, que se suman a la tienda original que se ubica en Castellfollit de la Roca.

Igual que la vinoteca es la casa de los vinos, la madalenería es la casa de las madalenas. Existen en el mundo casas especializadas en bebidas como la cerveza o el whisky, casas especializadas en productos como el chocolate o el queso, y después están las casas especializadas en elaboraciones como las crepes o los helados. Piensen también en una casa de tortillas. Al estilo de las tiendas que venden cupcakes o muffins, que aunque se hornean en un molde igual que las madalenas, no son lo mismo que las madalenas, una madalenería es el amor a la madalena. La madalena es el proceso de atribuir valor a una tradición artesana y al savoir faire de los maestros panaderos y pasteleros. En este sentido, la UNESCO reconoció en el año 2010 el sistema de gremios francés como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, por ser un sistema de colaboración para transmitir conocimientos, tanto teóricos como prácticos, propios de varios oficios, entre ellos los relacionados con la preparación de alimentos. Esto se refleja en los Gremios de Panaderos y Pasteleros que son protectores y promotores de la identidad culinaria de los territorios a través de alimentos como las madalenas, naturales o de sabores.