
En la comarca castellonense del Alt Maestrat, que se ubica al norte de la Comunidad Valenciana, hay bellos pueblos rurales y de montaña que configuran un paisaje idílico entre la tradición histórica y la modernidad contemporánea. Esta comarca de interior aglutina nueve municipios, entre los cuales Ares del Maestrat, Benassal, Culla y Catí. Estos cuatro a la vez participan conjuntamente en un plan de competitividad turística donde destacan las experiencias culturales y gastronómicas, naturales y deportivas, y de bienestar y salud. Entre los productos más famosos está el agua de Benassal, que no solo representa una propuesta gastronómica sino también la descubierta de su contexto cultural y natural, como fuente de bienestar.

El agua mineral natural de Benassal tiene su origen en el manantial Font d’en Segures, ubicada en las montañas de la comarca castellonense, a 940 metros de altitud y a solo dos kilómetros de la población de Benassal. En el contexto mediterráneo son muchos los ejemplos de viajeros atraídos por los beneficios de los manantiales y las propiedades de sus aguas, en este caso, el Agua de Benassal, que fue reconocida como agua minero medicinal en el año 1928. Los entornos naturales donde se enmarcan el manantial, por ejemplo el Paraje Natural Municipal El Rivet, le dan al producto una identidad propia.
Además del pueblo y su entorno paisajístico, se realizan visitas guiadas a la planta embotelladora. El proceso productivo muestra los distintos formatos y tamaños de agua que se comercializan. Una de las características de esta agua es su imagen de marca. La etiqueta muestra Neptuno, el Dios romano del agua y del mar, quien sostiene en su mano izquierda una botella de vidrio. Entre los reconocimientos que ha recibido el Agua de Benassal, destacan las distinciones de la cata de aguas Termatalia, y los premiosdel International Taste and Quality Institute de Bélgica y de Aguas Gourmet de la Agencia de Valorización de Productos Agrícolas de Francia.
Las principales propiedades del agua de Benassal es que se trata de un agua oligometálica y de mineralización débil, y tiene un bajo contenido en sodio. En una nota de cata publicada en la página web de Agua de Benassal se destaca que es un agua que “en boca posee una entrada equilibrada, amable, con notas dulces casi inapreciables, nivel muy bajo de salinidad, prácticamente inexistente, acidez suave y una ligera nota amable y elegante, aunque de corta duración. Es suave, delicada y equilibrada, aunque sin descartar el sabor agradable y una estructura bien definida, con una intensidad moderada y elegante. Postgusto moderado con agradable sensación en final de boca. Agua compleja, sabrosa y rica en matices en perfecta armonía”.
El agua, igual que el vino, tiene una presencia relevante en el sentido de lugar de un territorio y en su patrimonio cultural y natural. Así mismo, catadores y sumilleres de agua son responsables de proteger los valores asociados a este producto alimentario que los restaurantes sirven en la mesa como un producto gourmet.
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