
El municipio de Ulldemolins (en su traducción literal al castellano sería el equivalente de Ojo de molinos), se sitúa en el valle del río Montsant en la comarca del Priorat a unos 600 metros sobre el nivel del mar. En las calles estrechas de Ulldemolins se observa una pausa que no vemos en las grandes ciudades. Pequeñas callejuelas empedradas que suben y bajan. Puertas de madera que dan la bienvenida a los visitantes. En algunas casas se puede observar la identificación del oficio del propietario, por ejemplo, ca l’espardenyer que es el hogar de la persona que elabora alpargatas.
En Ulldemolins también se encuentra una de las pastelerías más populares de la zona, sitio de peregrinación de excursionistas y residentes, Ca la Pepi. Entre panes, elaboran buñuelos de viento, carquiñoles, y orelletes, tres ejemplos que muestran la identidad culinaria de la zona y tres símbolos de la elaboración artesana de este establecimiento. Una orelleta es una coca dulce delgada y crujiente, que se fríe en aceite y tiene la forma de oreja, de gran tamaño. Es un producto panadero tradicional de las regiones mediterráneas, al que se le espolvorea una buena cantidad de azúcar.

El valle del río Montsant es conocido como la Vall del Silenci o el valle del silencio, por el entorno en el cual se encuentra y su riqueza geológica. Este pueblo es el más septentrional del Priorat y se enmarca en el contexto del Parque Natural de La Serra del Montsant reconocido en el año 2002. Al valor paisajístico y natural de este parque, se le une el religioso y cultural, ejemplificado con sus ermitas. La flora representativa del parque se caracteriza por las encinas, los pinos y los robles. En relación a la fauna del parque, destaca la cabra montesa o el gato montés y aves rapaces como el águila perdicera o el águila real. Es un espacio habitual para los aficionados a la descubierta de la naturaleza, el avistamiento de aves y la observación astronómica.
Las rutas desde Ulldemolins permiten descubrir itinerarios que recorren bosques, grutas y ríos que siguen su ritmo entre paredes de piedra que dan paso a barrancos, cuevas y simas que se han formado con el paso de los siglos. La agricultura es una de las actividades que configura el paisaje, donde destaca el cultivo de almendros y olivos, además de los viñedos y las bodegas que son otro de los elementos del terroir de este territorio vitivinícola. La producción de frutos secos, aceite y vino está reconocida con etiquetas de calidad que valoran la conexión entre los procesos de elaboración, las personas y el paisaje, una relación indisoluble que nos vincula al pasado y nos proyecta al futuro.
