En las montañas occidentales del Pirineo catalán | Francesc Fusté-Forné

El Pallars Sobirà es una comarca ubicada al noreste de Catalunya, tiene frontera con Andorra y Francia, y más de dos tercios de su territorio son protegidos como espacio natural donde destaca el Parc Natural de l’Alt Pirineu. La comarca es reconocida internacionalmente por ser una de las puertas de entrada al Parque Nacional d’Aigüestortes i Estany de Sant Maurici, el único de toda Catalunya, y por el famoso río de aguas bravas Noguera Pallaresa, que acoge eventos de piragüismo de relevancia internacional. Algunos de los picos más altos de Catalunya se localizan en el Pallars Sobirà, por ejemplo, la emblemática Pica d’Estats (3.143 metros), y una variedad de fauna y flora habita en sus paisajes de alta montaña. Además, la comarca cuenta también con manifestaciones del patrimonio románico y una gastronomía tradicional que ha trascendido las cocinas privadas para asentarse en los restaurantes que se encuentran en distintos recovecos del territorio.

Aunque la gastronomía no ha sido tradicionalmente el principal atractivo turístico de la comarca, su autenticidad y diversidad motivan al visitante a descubrir el Pallars Sobirà a través de sus productos y platos. La cocina de la comarca se basa, en buena parte, en recetas que ejemplifican el aprovechamiento de los recursos disponibles en el territorio, y también provenientes de la agricultura y la ganadería. Por ejemplo, los embutidos mayoritariamente elaborados a partir de carne de cerdo como es el caso del xolís y la secallona. Además de estos dos embutidos identitarios se puede destacar la girella que se elabora a partir de carne de cordero, y su relleno incluye pan, huevos y arroz.

Los quesos son otro producto característico de los entornos rurales y de montaña, y en la comarca del Pallars Sobirà destacan dos quesos elaborados a partir de leche de oveja, que son el queso tupí que fermenta en un tupí (un tarro de barro) y se aromatiza con aguardientes o licores, y el queso serrat, un ejemplo de queso prensado y compacto. Se trata de dos quesos que representan la cultura pagesa de los Pirineos catalanes y que en las últimas décadas han sido recuperados por los elaboradores de queso artesano.

En relación a los platos cocinados, se pueden destacar la col y patatas (trinxat), los huevos con miel, o el conejo con moixernons (un tipo de seta), así como el alioli de membrillo. El aprovechamiento culinario de los recursos naturales también se refiere a aquellos productos disponibles en el bosque (por ejemplo, las setas) y en el río, donde la trucha es otro de los platos relevantes de la cocina pallaresa. En algunos restaurantes como Ca La Joana en Bernui sirven un entrante a base de productos típicos de la comarca, donde se observa el embutido, el queso y el alioli de membrillo. La proximidad de los productores y las relaciones que establecen con ellos los restauradores resultan imprescindible para mantener una carta a partir de productos locales.

En el contexto histórico de esta región de los Pirineos no se puede olvidar la sal autóctona que se manifiesta en la cocina como un elemento representativo de la denominación de ciertos lugares como Gerri de la Sal (y sus salinas), y su gastronomía.

Para finalizar el menú no podían faltar los postres. A veces presente en los menús y a veces no (¡solo hay que pedirlo!), el filiberto es un postre disponible en la mayoría de los restaurantes de la comarca. Su origen se encuentra en el restaurante Casa Kiko de Llessui pero se ha incorporado en la cultura gastronómica como uno de los postres del Pallars Sobirà. Es de fácil elaboración a base de yogur fresco, helado de nata y grosella, y se suele servir en plato o en copa, dependiendo de la nata. Después del almuerzo, el paisaje espera.

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