Expresión vegana | Francesc Fusté-Forné

Francesc Fusté-Forné

 

El año pasado se cumplieron 75 años de la fundación de la primera Vegan Society, lo que significó la formalización del movimiento vegano. Junto a ella se creó también el The Vegan Magazine, que aún sigue publicándose hoy en día. Así, desde 1944, el mundo ha atestiguado la proliferación no solo de sociedades veganas, sino de una oferta creciente de negocios veganos, en relación a los alimentos y bebidas, pero también en otros ámbitos como la cosmética y la moda.

Ser vegano significa no comer nada que provenga del mundo animal. Significa no comer carne, pero tampoco queso o miel. Ser vegano no solo se refiere a lo que se ‘come’, sino a todo lo que se ‘consume’ y ‘compra’, es decir, el respeto para con los animales se extiende a una filosofía de vida que incluye como las personas performamos en nuestro día a día como veganos, y el respeto hacia el entorno y el medio ambiente. Son muchos los estudios que destacan los beneficios de las dietas veganas, denominadas también plant-based, tanto para la salud como para el planeta. En este contexto, se encuentran movimientos con diferentes restricciones como el vegetarianismo, el flexiterianismo, y el veganismo. Mientras el veganismo es el más ‘estricto’, el vegetarianismo sí incluye el consumo de productos lácteos y el flexiterianismo, como el propio vocablo indica, oscila entre las dietas omnívora y vegana.

Durante la segunda mitad del siglo XX, pero, sobre todo en estos primeros años del siglo XXI, los consumidores han ido abogando por un estilo de vida cada vez más saludable, que, en algunos casos, ha implicado la reducción del consumo de carne. El número de personas veganas sigue en aumento y cada vez es mayor la oferta culinaria y gastronómica que ciudades y regiones comercializan con el sello vegano. Y lo mismo sucede en las estanterías de los supermercados. El veganismo no es una tendencia, y el consumo vegano se está posicionando como uno de los puntales no solo para el desarrollo de la oferta de turismo gastronómico, sino para garantizar un futuro sostenible.

Los restaurantes vegan-friendly siguen siendo unos desconocidos para el gran público. Si bien la oferta de comida vegana cada vez es más habitual en espacios gastronómicos alrededor del mundo, tanto slow como fast, la alta gastronomía aún no ha incorporado de forma amplia el menú gastronómico vegano. Son pocos, por ejemplo, los restaurantes veganos con estrella Michelin. Entre ellos, se encuentran el Pied à Terre en Londres o L’Arpège en París. A ellas, otras ciudades como Amsterdam, Berlín, Praga o Varsovia se han convertido en urbes de referencia para el viajero vegano. No se puede olvidar tampoco la amplia oferta vegana de muchos países pertenecientes a la Commonwealth o del sud-este asiático.

Entre las elaboraciones veganas más prácticas está la del hummus de garbanzos. Además de las frutas y las verduras, los cereales o las legumbres son la base de la dieta vegana, en cuanto a sustitución de proteínas, mientras que alimentos como el seitán o el tofu hacen las delicias de las comidas veganas, donde la soja (en distintas formas, texturas y utilidades) tiene un protagonismo central. Para endulzar esta lectura os reto a elaborar recetas sencillas vegan-friendly de, por ejemplo, donuts o madalenas, brownie de chocolate o tarta de calabaza, fresas o zanahoria. Precisamente, bollería y bizcochos como ejemplos de dulces veganos son, aún hoy en día, muy difíciles de encontrar en cafeterías y panaderías no especializadas.