El verano, el vino y el mar | Alva Sueiras

Desde que tengo uso de razón, no hay nada en el año que supere la emoción de abrazar el verano. Tal vez sea parte del legado que una hereda cuando crece a orillas del mar. Siempre amé el estío y su runrún de olas rotas, la sal impregnada en la piel y la arena compacta bajo mis pies mientras camino en la bajamar, la huída en las sombras de la canícula y las hojas bailando cantarinas al compás de la brisa. Así se suceden, uno tras el otro, los deliciosos fotogramas de veranos acumulados en mi montoncito atesorado de felicidad.

Desde que vivo en Uruguay hago trampas. Le robo al mapamundi un verano más de lo que me corresponde por cuota anual. Disfruto del verano montevideano -con fugaces escapadas a este y oeste- y, religiosamente, cada mes de julio, huyo por tres semanas a la otra orilla: la de la infancia, los recuerdos y la sal. Uno de mis antídotos para sobrevivir al verano en el asfalto, al oleaje airoso de los plátanos solitarios y a la brisa sin sal, es refrescar el alma con vinos vivos y evocadores capaces de transportarme a paisajes ibéricos y de algún modo, de regreso sensorial al hogar. Para ello, y con la devoción inmaculada de quien asiste convencida a su templo, recurro a lavinoteca, mi rincón secreto en Carrasco y surtidor de líquida e ibérica felicidad.

Vino y verano 

El verano estira sigilosamente sus tentáculos en el estadio avanzado de la primavera, invitándonos a un cambio que vamos incorporando de forma gradual. Los días se estiran, el sol se engalana y la naturaleza, se viste toda ella de color y vivacidad. La piel busca el contacto con la brisa, y el cuerpo nos pide alimentos más refrescantes y ligeros que nos permitan mantener la tan necesaria vitalidad. Es por ello que, al igual que las cremas frías y las ensaladas, muchos de los vinos blancos y rosados, resultan grandes aliados de la época estival. Eso sí, no debemos olvidar que muchos de estos blancos y rosados, por frescos y amables, entran con mayor facilidad. Al igual que con el tinto, debemos combinar la ingesta con agua para mantenernos hidratados.

Para afrontar el verano uruguayo con la alegría ibérica a raya, Jacqueline y Alejandro -de lavinoteca- me armaron una selección de piscina, a prueba de bombas, para acabar con morriñas y nostalgias. El objetivo: un road trip sensorial que, sin salir de casa, recorre buena parte de la península ibérica a través de una selección de vinos ideales para estas fechas. El resultado: la cava llena de tesoros que riegan el alma con paisajes e historias fascinantes, que muy pronto conocerán.

Selección de blancos y rosados españoles de lavinoteca

Glárima 2018
Bodegas SOMMOS
Chardonnay, Gewürztraminer
Huesca
DO Somontano
$ 390  (oferta exclusiva para febrero: $ 312)

Dos Claveles 2018
Bodega Toro Albalá
Pedro Ximenez (seco)
Córdoba
DO Montilla Moriles
$ 590  (oferta exclusiva para febrero: $ 472)

Flor de Vetus 2017
Bodegas Vetus
Verdejo
Santiuste, Segovia
DO Rueda
$ 590  (oferta exclusiva para febrero: $ 472)

Cullerot
Bodega Celler del Roure
P. Ximénez, Macabeo, Tortosina, Verdil, Malvasía, Chardonnay
6 meses en tinajas de barro
Moixent
DO Valencia
$ 650  (oferta exclusiva para febrero: $ 520)

Larrosa Rosé 2017
Bodegas Izadi
Garnacha
Valbuena de Álava
DOCa Rioja
$ 760  (oferta exclusiva para febrero: $ 608)

Paco & Lola
Bodega Paco & Lola
Albariño
3 meses sobre lías
Pontevedra
DO Rías Baixas
$ 870  (oferta exclusiva para febrero: $ 696)

Habla de ti
Bodegas Habla
Sauvignon blanc
5 meses sobre sus lías
Trujillo, VT Extremadura
$ 970  (oferta exclusiva para febrero: $ 776)

Habla del Mar…
Bodegas Habla
Blend secreto de cepas oceánicas
8 meses sobre lías bajo el mar
San Juan de Luz, Vino de España
$ 1390  (oferta exclusiva para febrero: $ 1112)

lavinoteca
Arocena Mall Carrasco
Tel: 2605 6793
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