La casa de las flores y el pan | Niré Collazo
Empezó a llover y todos se refugiaron en el enmarañado pelo lila de rulos. La conversación seguía pausada, lenta, mientras el perfume se metía abajo de mi piel. Ahora otro aroma entró como una ráfaga. Aroma a pan recién horneado, a levadura fresca, a leche caliente.