Ana Jerozolimski, Beris de casada, es una periodista uruguaya israelí. Cumplió en enero 58 años. Casada, madre de tres hijos y dentro de poco, abuela por primera vez. Nacida en Montevideo, radicada en Israel a los 18 años. Licenciada en Relaciones Internacionales de la Universidad Hebrea de Jerusalem. Corresponsal de diversos medios del mundo hispánico, escribe y transmite para España, México y Colombia y por cierto en Uruguay. Columnista en Montevideo Portal y Uypress. A las distintas corresponsalías y colaboraciones se sumó en el 2004 la dirección del Semanario Hebreo fundado por su padre José Jerozolimski, al fallecer él. Ahora dirige también el portal en internet Semanariohebreojai.
Se fue de joven a Israel y se sigue sintiendo siempre muy parte de Uruguay. Trata de venir a Uruguay por lo menos dos veces por año. Siente que precisamente a través de sus notas, tiende puentes al destacar los lazos entre ambos países. Suele decir que “vuelve” cuando viaja de Israel a Uruguay y también “vuelve” cuando viaja de Uruguay a Israel. Escribe sobre temas de actualidad dura, política y seguridad, pero también temas sociales, culturales y de tecnología. El género que más le gusta es la entrevista.
Un sabor de la infancia
Churros en el parque Rodó.
Una manía confesable
Sentarme a tomar algo en un cafecito agradable.
Un amuleto
No tengo.
El último libro que leí
“La niña que veía los trenes partir” de Ruperto Long. En realidad, no estoy segura si fue el último o uno de los últimos, pero seguro el que más me emocionó en los últimos años. Lloré bastante.
Una película que me marcó
Bueno, no diría que “me marcó”, pero sí que recuerdo siempre como la hubiera visto ayer: “Los puentes del río Madison” con Clint Eastwood y Maryl Streep. No creo que era ninguna obra maestra ni de lejos, pero era un drama sobre un gran amor que se perdía innecesariamente. Quizás porque la vi de adolescente, me dejó una sensación de profunda tristeza por un gran sueño que no se pudo concretar. Y hace pocos días vi una hermosura con un gran mensaje humano. “Green book”, sobre el gran pianista Dr. Don Shirley, afroamericano decidido a combatir el racismo yendo precisamente a una gira por el sur de Estados Unidos a comienzos de los 60. Lo clave, la relación con el chofer que contrata, blanco. Imperdible.
Algo que evito
Estar con gente con la que me siento incómoda.
Si pudiera volver a empezar sería
Periodista nuevamente. Ojalá pudiera también tener alma de atleta.
Un lugar para vivir
Jerusalem.
Un lugar para volver
Montevideo.
Una materia pendiente
Adelgazar y estar en forma.
Un acontecimiento que cambió mi vida
Un acontecimiento triple: el nacimiento de mis tres hijos.
El escritor definitivo
Qué difícil elegir uno…¿Puedo elegir varios? Fernando Butazzoni, Ruperto Long, Mauricio Rosencof, Amos Oz, Meir Shalev, David Grossman.
Algo que jamás usaría
Polleras cortas.
La última vez que pensé “tierra, trágame”
Cuando alguien se acercó a saludarme efusivamente y yo no me acordaba el nombre.
El lugar más feo del mundo
Ningún lugar que conocí me dio esa sensación. Seguramente debe ser el lugar donde me sienta sola.
Una rutina placentera
Iniciar mi jornada de trabajo, pensar qué voy a escribir hoy. También ponerme a cocinar cuando sé que nuestros hijos van a estar el fin de semana en casa.
Me aburre
Escuchar un discurso largo del que no se puede sacar nada en limpio.
Una extravagancia gastronómica que frecuento
Me encanta salir a desayunar a algún café: omelette, ensalada, pasta de atún para untar en una galleta de harina de centeno. No creo que entre en la categoría de “extravagancia”, ¿no?
Una canción que aún me conmueve
Tres: “You light up my life”, “Jerusalem de oro” y “A Don José”.
Un restaurante que nunca falla
En Jerusalem, “Link”, en Montevideo, “Terracota”.
Algo que cambiaría si pudiera
Que haya niños maltratados y abusados en tantas partes del mundo.
El valor humano que más admiro
La solidaridad.
Una última palabra
Gracias por esta oportunidad.
Foto: David Rubinger