En nuestros viajes siempre buscamos establecimientos con un estrecho vínculo entre la historia local y la gastronomía. La personalidad que le dan los años, los sueños de sus creadores o las historias de vida de sus protagonistas, nos inspiran y muchas veces nos conmueven.
Esta vez no tuvimos que subirnos a un avión, ya que bastó con sólo recorrer los apenas 370 kilómetros que nos separan de Paysandú. Allí nos encontramos con el antiguo Frigorífico Casa Blanca, el cual ha sido transformado con el paso del tiempo en un ícono de la zona, cargado de historia, sobriedad y elegancia campera.
Su actual nombre: La Pulpería de Casa Blanca, nos habla de un pasado que se impone desde su llegada. Una noble pero sencilla construcción, devela desde su exterior, las pinceladas de la arquitectura de una época. La Pulpería se encuentra enclavada en lo que fue el primer saladero de América del Sur, fundado en 1806. A orillas del río Uruguay y a 15 km de la ciudad de Paysandú. La localidad de 400 habitantes mantiene su destino cárnico (el saladero se convirtió en matadero en 1850 y más tarde en frigorífico).
Historia viva
Eugenio Schneider, un argentino llegado a Uruguay en el año 1978, es actualmetne el propietario de una compañía exitosa con 650 empleados que cumple con los requisitos internacionales de una Empresa B, lo que significa sustentable en términos sociales y ambientales.
El frigorífico cuenta en la actualidad con una radio FM comunitaria, una sala de cine (La Isla) y El Aula (un espacio de educación informal para chicos con clases gratuitas de equitación, pintura, danzas, animación a la lectura, teatro, entre otros). Schneider, apasionado por la literatura y la música del Renacimiento, también creó Omnes, ciclos de conciertos gratuitos de música barroca y renacentista que convocan una vez al mes a distintos músicos.
¡Las reglas son que se puede repetir!
El restaurante que abrió sus puertas en abril de 2012, cuenta con una oferta gastronómica original. Abre todos los días, excepto los martes. La carta tiene un precio fijo y se puede repetir las veces que uno quiera; no se aceptan propinas a pesar que la atención es excelente, no se sirven bebidas cola o similares, sólo jugos naturales.
En el cálido y amplio salón comedor, iluminado por lámparas hechas con roldanas, hay un instrumento de sonido exquisito, uno de los cinco claveciterios que quedan en el mundo (dicen que es una réplica artesanal, obra del luthier bostoniano Steven Sørli).
El menú es variado y cambia según la estación y la disponibilidad de productos frescos y los caprichos del chef al frente. Algunos de las entradas que se puede elegir (y repetir), van desde la Pierna de borrego en finas rebanadas sobre hojas y flores de diente de león, pasando por la Tabla de caracú y charqui o la aterciopelada Sopa de de tomate con cebolla, ajo y coriandro.
Entre los platos principales, se ofrecen Pescado a la manera de Davos, Cordero de dos guisas, Remolachas y gorrioncitos alemanes o Ñoquis de papa con crema de kale, entre otros. Los postres ostentan nombres como Esperma de Fauno o Eva, Judas y Pamela o la ambrosía del Monte Athos. Es posible que en nuestra próxima visita, ninguno de estos platos tengan lugar en la carta y den paso a otros de igual calidad.
Si optan por el vino de la casa, van a disfrutar en copas de cristal de Bohemia, de un Cabernet Sauvignon de Bodega Familia Falcone. La sala principal es solo para adultos, ya que los niños pueden disfrutar de la guardería, en la cual recreadores se encargan de jugar con ellos y ofrecerles una ingesta apropiada. El precio por persona es fijo, siendo en la actualidad de $ 1300 pesos uruguayos (los niños pagan el 50%). Eso comprende entrada, plato principal, postre, agua, copa de bienvenida y café. El menú es amplio y están todos los gustos cubiertos.
Antes o después del almuerzo, pueden recorrer y disfrutar una muestra de maquinaria antigua del frigorífico o presenciar una obra metálica en homenaje a la vaca, visitar la Casona de los Cuatro Vientos o pasear por los corrales de conejos. En lo personal, un lugar que me encantó, fue el invernáculo del que nos contaron sale gran parte de los vegetales y frutas que se utilizan a dairio en la cocina.
La Pulpería de la Casablanca
Casa Blanca, a 15 km de Paysandú
Teléfono: 4724-2627
Mail: lapulperia@fricasa.com.uy
Abierto de lunes a viernes
El restaurante abre todos los días (excepto martes) de 11 a 23.
En la tarde entre las 16.00 y las 19.00 horas, se puede disfrutar Camino del Té.
Precio fijo de menú de almuerzo o cena, sin bebidas es de $ 1.300 por persona
Niños abonan el 50%.