Rapa Nui, nada es porque sí | Sylvana Cabrera

En esta recorrida breve por Buenos Aires, me encontré con un local frente a la hermosa y céntrica Plaza San Martín y al costado del imponente edificio del Palacio Paz, hoy conocido como el Círculo Miliar.

El Palacio Paz fue la residencia más importante y lujosa de la ciudad porteña, propiedad de José C. Paz y el reflejo más fiel de la arquitectura Beaux Arts de principios del siglo XX. Desde 1938 es sede del Círculo Militar y desde esa época alberga los más importantes eventos de la ciudad. A menos de 50 metros se encontraba hasta hace unos meses, un clásico café que ya hoy es parte de la historia de esta ciudad y como se trata de una capital dinámica e irreverente, se ubica en este mismo sitio, uno de los locales de una cadena que está conquistando la ciudad de Buenos Aires.

Sabores que despiertan recuerdos

Entramos a tomar un café y a probar los helados que son la especialidad de la firma Rapa Nui. El local es luminoso y de una decoración totalmente minimalista. Paredes blancas inmaculadas y muebles de líneas contemporáneas. El color está presente en los productos sobre todo en los packaging del chocolate. Optamos por algunos helados de sabores preparados con frutos de montaña, típicos de la zona andina.

Para mi sorpresa, luego de degustar una deliciosa selección de helados y bombones de una gran originalidad y una calidad indiscutible, el recuerdo gustativo me llevó a uno de los lugares que más amo en la vida: Bariloche. Cada bocado de chocolate me era familiar y no entendía porqué. Esta es la magia que tiene la comida, te puede llevar a recuerdos que se hacen presentes como si los estuviéramos viviendo.

Rapa Nui conquista los paladares porteños

Actualmente Rapa Nui tiene locales dos locales en Bariloche (centro de la ciudad y Cerro Catedral), otro en Pinamar y un número importante de locaciones en barrios bonaerenses como Caballito, Villa Devoto, Recoleta (uno en la calle Arenales y otro en Uruguay), Colegiales, Palermo, Retiro y Las Lomitas.

Me sorprendió el desarrollo de helados, que solo se ven en ciudades como Bariloche o San Martín y que son muy poco común en otros sitios de Argentina. Luego de leer la historia y de probar un delicioso helado de zarzamora, me sentí nuevamente en el sur argentino como hace casi 30 años cuando vivía en plena montaña en las cercanías de San Carlos de Bariloche y me di cuenta de que se trataba del “legado Fenoglio”.

En esa hermosa e idílica ciudad a la que llevo en lo profundo de mi ser, nacieron dos de mis hijos, con los que comparto la pasión por la cocina. Los ocho años que viví y trabajé en Bariloche al frente de una casa de té y un restaurante familiar, disfruté de frutas como la zarzamora, fresas silvestres, grosellas, frambuesas, cassis, arándanos, cerezas, guindas, sauco, boysemberries (una mezcla de la frambuesas con la mora pero más alargada y pinchuda), moras silvestres, la inconfundible rosa mosqueta o los dulces de ruibarbo y los maravillosos chocolates en sus múltiples versiones.

Bombonerías como Fenoglio (a mi entender las de mayor calidad en su momento), Mamuschka (con el mejor desarrollo estético sin dudas), la Abuela Goye (sencillo pero delicioso) o el más turístico de todos como lo era y sigue siendo el Turista, combinaban el sabor de estas frutas con el chocolate e incluso desarrollaban sus propias líneas de helados o cervezas.

En su momento Fenoglio era el equilibrio perfecto entre calidad y refinamiento. Su local inicial era austero pero elegante y la calidad de sus productos única. Aldo Fenoglio, inmigrante italiano, el primero en elaborar esta exquisitez en Bariloche en 1947 junto a su esposa Inés Secco. Luego lo sucedieron sus hijos, hasta que en 1970 Diego, uno de sus descendientes, fundó su propia empresa del ramo Rapa Nui y Fenoglio fue adquirido por la empresa Havanna.

El nacimiento de Rapa Nui chocolate artesanal

En 1996, continuando con la antigua tradición Fenoglio y respetando y re-valorando la calidad por sobre todas las cosas, inaugura Rapa Nui Chocolates, con un local de elaboración y venta en la calle Mitre al 202, una marca que encierra “la historia” de fidelidad y amor por el chocolate artesanal y la tradición familiar.

Así como Diego Fenoglio se integró a este mundo chocolatero junto a sus padres; sus hijos, Leticia y Aldo Fenoglio, en la actualidad, también decidieron apoyar la deliciosa idea, concretando un equipo de trabajo, que marca el nuevo camino hacia adelante. En Rapa Nui, podemos deleitarnos con todos los sentidos ante finos chocolates artesanales y un local de ventas que remite en su estética al estilo Art Nouveau, típico de Torino ciudad natal de Aldo Fenoglio, haciendo de este detalle, un icono en honor a los abuelos.

Tomamos tres expresos, tres helados de dos sabores, una cerveza de chocolate y una caja de “fra nui” (el bocado más famoso de la casa que consiste en frambuesa frescas bañadas con chocolate), unos $ 950 pesos uruguayos. Sin dudas no es el lugar más barato pero vale la pena.

El helado de dulce de leche de cabra, el chocolate al 80%, el Rapanuino (con crocante de frutos secos, cascaritas de naranja y cerezas) o el Franui (chocolate blanco con láminas de chocolate semi amargo y coulis de frambuesas) y el de zarzamora son altamente recomendables.

Las tejas de cacao que van de 60% al 90%, son un regalito perfecto para quienes cruzan el charco. Lo importante es que no utilizan conservantes, colorantes ni esencias artificiales y los productos se preparan a diario.