Queremos mucho a Nancy | Jaime Clara

Dejemos que el perfume a jazmines con el que Nancy inauguraba cada feria, junto a la música que llegaba de la mano de Renée Pietrafesa o Cristina García Banegas. El libro en cuestión es un admirable recorrido por una voz potente, a la vez sigilosa, suave, sin estridencias. Un tono, un ritmo, cargado de silencios, como los de las siestas en la localidad de José Batlle y Ordoñez, en el departamento de Lavalleja, o de la muy cercana Nico Pérez, en Florida. Están ahí, una al lado de la otra.