Verde que te quiero verde | Alva Sueiras

Fue el 2 de agosto de 1924 que las palabras brotarían, una tras otra, de la pluma de Federico García Lorca hasta configurar el cuarto romance del virtuoso poemario Romancero Gitano. El Romance Sonámbulo, cargado de trémula belleza, incoa su trote con aquel «Verde que te quiero verde. / Verde viento. Verdes ramas. / El barco sobre la mar / y el caballo en la montaña. / Con la sombra en la cintura / ella sueña en su baranda, / verde carne, pelo verde, / con ojos de fría plata. / Verde que te quiero verde. / Bajo la luna gitana, / las cosas le están mirando / y ella no puede mirarlas.»

El romancero, colmado de simbolismo y sensibilidad, invoca piezas primarias como el aire, el agua o la luna, para aludir al erotismo, la vida y la muerte. El mundo gitano alejado de tipismos folclóricos, derramado en lo versos más bellos a través de los elementos más simples y primigenios.

Los rítmicos versos de Lorca en la amplitud de su obra, han sido llevados a la música por voces de la talla de Carmen París, Paco Ibáñez, Camarón de la Isla, Enrique Morente o Leonard Cohen.

En esa sublime simbiosis entre las artes y el medio, surgen versos conmovedores como los del poeta, y surgen ideas espléndidas como la de acercar la música a la tierra hasta que la sincronía de ritmos concluye en un único latido. En esa suerte de sensibilidades y certero tino, nace una propuesta inter-generacional que aúna música y territorio en formato de delicado festival, confeccionado paso a paso con la ternura y la fortuna de quien ama lo que hace.

El Festival Música de la Tierra celebrará su séptima edición el próximo fin de semana (18 y 19 de noviembre) en un entorno agraciado. El Parque de Jacksonville recibirá un año más, a un seleccionado plantel de artistas locales y regionales entre los que se encuentran Ana Prada, Luiz Carlos Borges, Valbé, Carlos Aguirre y Francesa Ancarola, entre otros músicos de raíz folclórica. Sonidos que son parte de la tierra y del patrimonio inmaterial que define las identidades de la región.

El festival, auspiciado por la Unesco, traspasa las fronteras de lo musical proponiendo actividades lúdico-educativas para adultos y niños e incorporando una amplia propuesta tanto gastronómica como de productores artesanales, de corte local y responsable. La selección de contenidos y actores, pone en relieve la importancia de la comunidad y el territorio, con el acento forjado en la preservación cultural y ambiental de dicho patrimonio.

Como un poema, al que no le faltara piel ni luna, el festival tiene la cadencia rítmica de los versos atemperados. Estrofas y eventos que, en su magistral composición, nos ofrecen una obra redonda y trascendente. Imagino a la gitana de Lorca, asomando el semblante curiosa, en un balcón allá en lo alto, sobre la plazuela de Jacksonville. «Sobre el rostro del aljibe / se mecía la gitana. / Verde carne, pelo verde, / con ojos de fría plata. / Un carámbano de luna / la sostiene sobre el agua. / La noche se puso íntima / como una pequeña plaza.»

VII Festival Música de la Tierra
Sábado 18 y Domingo 19 de Noviembre
De 12:00 a 24:00 horas