Oscar Larroca (Montevideo, 1962) Artista visual y ensayista. Ha expuesto de forma individual en New York, París, Barcelona, Viena y Buenos Aires. Obtuvo una docena de primeros premios en el ámbito local y dos primeros premios en concursos internacionales periféricos. Fue elegido por el Museo Nacional de Artes Visuales (MNAV) y por el Museo de Arte Contemporáneo (MAC) para representar a Uruguay en Exposiciones internacionales en Francia y Colombia, respectivamente (1986). Recibió el Premio Figari (XVI) a la trayectoria artística (2011). En el año 2013, fue curador general de la X Bienal de Salto. Escribe para El País Cultural, Revista de Ensayos, La Pupila entre otras publicaciones. El año pasado la editorial Estuario editó su nuevo libro de ensayos, Bisagras y simulacros.
Un sabor de la infancia
El pan dulce casero que hacía mi padre.
Una manía confesable
Llevar un orden estricto de mis libros y discos.
Un amuleto
Ninguno.
El último libro que leí
Febrero 30, de Amir Hamed.
Una película que me marcó
El ciudadano, de Orson Welles.
Algo que evito
Transitar por algunas zonas de Montevideo en horas de la noche.
Si pudiera volver a empezar sería
Mejor padre.
Un lugar para vivir
Un pueblito perdido en Francia.
Un lugar para volver
Praga.
Una materia pendiente
Hablar y escribir en varios idiomas.
Un acontecimiento que cambió mi vida
Mis hijas.
El escritor definitivo
Jorge Luis Borges.
Algo que jamás usaría
Piercings.
La última vez que pensé “tierra, trágame”
Cuando encontré erratas imperdonables en uno de mis libros.
El lugar más feo del mundo
Debe haber muchísimos lugares «del mundo» que no conozco. Como lugares feos me imagino los suburbios miserables de las periferias de cualquier ciudad.
Una rutina placentera
Ver a mi gato en silencio sobre la mesa de luz todas las mañanas, quien viene a esperar que me levante para que le sirva su comida.
Me aburre
La publicidad, los programas radiales y televisivos estúpidos.
Una extravagancia gastronómica que frecuento
Langostinos al ajillo.
Una canción que aún me conmueve
Stairway to heaven, de Led Zeppelin.
Un restaurante que nunca falla
SU-Bar.
Algo que cambiaría si pudiera
El destino de algún familiar enfermo cercano.
El valor humano que más admiro
La lealtad.
Una última palabra
¡Fuerza!
Foto: Facebook del autor.